Autoridades locales del municipio de Quillacollo, departamento de Cochabamba, en Bolivia, irrumpieron en una fiesta clandestina con más de 150 personas en plena pandemia COVID-19.
El insólito hecho se produjo el fin de semana en una discoteca de 50 metros cuadrados y pese a las recomendaciones del gobierno por la creciente propagación del coronavirus en Bolivia.
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El incidente se generó cuando las autoridades llegaron al local, causando la desesperación de los presentes que trataron de escapar por todos los medios, generando así una estampida humana.
“Solamente fuimos a verificar las condiciones en las cuales se estaban encontrando, y nos asombramos por la cantidad de personas que estaban dentro”, dijo el alcalde de Quillacollo, Alfonso Berzain.
Según relató el político, “el lugar no supera los 50 metros cuadrados y había más de 150 personas dentro”. Durante el operativo se detuvieron a varios asistentes por incumplir las normas dispuestas ante la emergencia sanitaria.
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Por otro lado, se informó que a pesar de la violenta huida de las personas, no se reportó ningún herido de gravedad, no obstante, se informaron sobre daños materiales en el establecimiento.
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