La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha obligado a que personas como Rachel Brummert, una mujer que padece de una enfermedad autoinmune, permanezca en sus hogares durante semanas a fin de evitar el contagio del COVID-19, sin embargo, eso no evitó que se infecte con el mortal virus en su casa de Carolina del Norte en Estados Unidos.
La mujer, quien forma parte de la población de riesgo del letal virus, decidió aislarse durante tres semanas en su hogar, sin pensar que el virus llegaría a ella a través de bolsas de plástico de un supermercado.
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Rachel tomó todas las medidas necesarias para evitar contagiarse al recibir unas bolsas de comida por parte de una repartidora. La joven dejó lo solicitado por Brummert y no tuvo contacto directo.
Un par de semanas después, Rachel empezó a experimentar síntomas de gripe, por lo que decidió acudir a hacer la prueba de descarte de COVID- 19, sin imaginar que los resultados serían positivos.
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“Realmente pensé que estaba haciendo todo bien. Apenas tuve contacto con una persona y ni siquiera la toqué. Estoy absolutamente aterrorizada por lo que escuché sobre los ventiladores mecánicos, es algo espeluznante. Espero poder pasar todo el proceso en mi casa”, contó Rachel Brummert a New York Post.
Brummert contó el calvario que ahora pues tiene que soportar fuertes dolores de cabeza, fiebre, pérdida del sentido del olfato, tos y dificultad para respirar. “He tenido gripe, y esto no es gripe. Esto es otro monstruo diferente”, refirió.
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Hasta el momento Rachel no ha necesitado se trasladada a su hospital a pesar de su condición médica. Ella forma parte de los más de 609,061 infectados en Estados Unidos.