Cuando en el espectáculo se habla de separaciones y divorcios, hay ejemplos de que el amor todo lo puede, si se quiere.Es el caso de Fernando Armas y su esposa Cristina Fernández, que llevan tres décadas de sólida relación, donde el humor y la comprensión son la base de su amor.
—¿Fernando existe secretos para tener una relación duradera?
—No hay secretos ni trucos, en toda relación importa la comprensión, darle siempre el espacio a la pareja, no faltar el respeto. Podrás estar casado, pero siempre debes tener tu espacio.
—¿Cuál es el error que cometen las parejas?
—No hagas que se parezca a ti, no le agregues ni le quites, debe ser un ser individual. Ámala con todas sus virtudes y defectos. No hay otra manera de mantener una relación democrática, y eso atrae, porque le das su espacio, su libertad. Merecemos atención, comprensión y dedicación, de ambas partes.
—¿Tu esposa entiende tu trabajo como artista o en algún momento hubo celos?
—No es complicado porque cada uno respetamos nuestros espacios. Lo mío es el mundo del espectáculo, los shows, eventos. Yo respeto la de ella, que es la educación, enseñanza. Tenemos un colegio hace 22 años. Eso es el equilibrio, hay que apoyarnos ambos.
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—Ahora, hasta Shakira se ha separado.
—Me apenan las separaciones, pero siempre se lleva por el lado sexual. Dicen cómo le pueden sacar la vuelta a ella que es un mujerón o él que es guapo. Más allá del tema físico, el problema es un tema emocional. El físico te puede gustar, pero el gusto pasa, pero lo emocional siempre va perdurar.
—¿Cuánto tiempo llevas casado?
—No me hagas recordar (risas). Cada vez que veo el video de mi matrimonio frente a la iglesia digo: ¡no entres!, ¡no entres! Retrocedo el video hasta la despedida de soltero cuando era feliz.
—Además de respeto y comprensión a la pareja, ¿el humor siempre debe estar presente en la relación?
—Eso no debe perderse, se pierde el humor y se pierde el amor. El humor es importante, eso establece una conexión, hay que reírnos, más aún cuando nos vamos arrugando cada vez más.
El comediante llegó a Lima a probar suerte en la televisión a fines de los años 80. En ese entonces, su hoy esposa se quedó en su natal Chiclayo. La pareja se extrañaba y ella decidió venir a la capital para ser su soporte, para luego verlo brillar en Risas y salsa, y demás programas cómicos. Tienen dos hijos.
Periodista de la Universidad San Martín de Porres. Experiencia en medios de prensa, además gusto de la buena música y lectura.