Sistema Muscular. Los músculos lisos, también conocidos como involuntarios, suelen estar dispuestos en forma de capas o láminas (una encima de la otra). Se llaman involuntarios porque nosotros no podemos controlarlos. Nuestro cerebro le envía señales a este músculos para que cumplan sus funciones.
Los principales músculos lisos se encuentran en el estómago y el sistema digestivo. Estos se contraen y relajan para ayudar a la comida a avanzar a través de nuestro cuerpo. Igualmente, actúan en el reflejo del vómito; ayudando a que la comida suba por el esófago y salga por la boca.
También poseemos estos músculos en la vejiga, que nos permiten retener la orina hasta que vayamos al baño y la expulsemos. Otro músculo liso importante es el del útero, que ayuda a expulsar al bebé fuera del cuerpo de la madre durante el parto. También tenemos músculos ocultos tras los ojos, que nos ayudan a enfocar cuando miramos algo.
Existen dos tipos de tejido muscular liso: el multiunitario y el unitario. En el multiunitario las fibras se contraen de manera independiente y sus células no están unidas.
Las encontramos en el iris, arterias y bronquios. Los unitarios son aquellos que recubren las vísceras del sistema digestivo como estómago, intestino, útero y vejiga urinaria.
Constituyen las paredes de casi todos los órganos huecos del cuerpo; excepto del corazón. Su función de contracción varía de acuerdo al órgano o sistema.
Redactora para la web e impreso de “El Popular”. Me encanta entrevistar. Amante de los libros, el terror y Disney.