Jahir Butrón es un ex jugador de Unión Huaral, Cienciano, Sport Ancash, entre otros equipos, y ahora, a sus 47 años, es entrenador y dirige al Juan Aurich, protagonista de la Liga 2 que quiere regresar a Primera, tal como lo hizo antes con Alianza Atlético.
“Queremos jugadores que se entreguen al máximo”, afirma, como marcando la cancha a sus pupilos y a manera de compromiso con la hinchada del Ciclón del Norte, que quiere a su equipo pronto en la élite nuevamente.
Butrón quiere darles el gusto, y él también a sí mismo.
—Una nueva experiencia en la Liga 2 dirigiendo al Juan Aurich. ¿Cómo te sientes?
—Hay que acostumbrarse a un cúmulo de problemas (campos y administrativos), pero estoy viendo que estos temas no afecten al grupo y buscamos dar solución.
—Está lejano utilizar el estadio Elías Aguirre de Chiclayo, pero en los escenarios alternos están haciendo respetar la localía…
—Hemos ganado tanto al Santos como al Llacuabamba por 1-0, con la consigna de siempre: salir a proponer ( de visitante en su tercer partido empataron 1-1 con Pirata y luego cayeron 1-2 ante Coopsol).
—Escuché decir que Aurich es un equipo que muestra personalidad, ¿tú qué dices?
—Este equipo, en un 99 por ciento, lo armé con jugadores que conocía y que agarraron rápido la idea. Sé que aún hay mucho por trabajar y corregir, pero en líneas generales nos hemos convertido en un equipo compacto.
— Por eso el grupo se identifica contigo, ¿no?
— Sí, los chicos creen mucho en mi palabra y la forma que tenemos de trabajar. Tienen un convencimiento total de lo que se está haciendo.
—¿Cuál es la perspectiva con este equipo?
—Cuando asumimos, el reto es lograr el ascenso, pero vamos paso por paso. Siempre digo que hay que afrontar cada partido como si fuese el último, es nuestra final, y después de pasar ese cotejo recién pensamos en lo que viene. El grupo ha entendido bien todo eso. Yo trabajo pensando no en que se me considere el mejor, sino que el trabajo sea bueno y dé los resultados esperados.
—¿La hinchada del Ciclón está con el equipo?
—Yo jugué en Juan Aurich y seguí desde muy cerca las buenas y no tan buenas del cariño de la hinchada que, más que el resultado, quiere que su jugador se entregue al máximo. Ahora, como entrenador, trato de meter esa mística a los chicos, lo que representa jugar en Aurich. El hincha tiene mucha expectativa con el equipo.
—Aurich es uno de los equipos más seguidos por la hinchada, porque están transmitiendo los partidos que juega, ¿no?
—No sé si es tanto a nuestro favor, porque los rivales saben de nosotros y, en cambio, para Aurich es complicado, pues no se tiene material de nuestros futuros rivales y se tiene que buscar algunos videos cortos.
—En un momento se voceó la posibilidad de que tu hermano Leao sea tu asistente. ¿Se podría dar en algún momento?
—Lo veo complicado, porque tenemos distintos caminos. Leao, en sus ratos libres en el fútbol, le gustó estudiar y llevó gerencia deportiva y ahora trabaja en menores en Alianza Lima. Él también estudió para técnico, pero no es su vocación.
—La Liga 2, en comparación a otras, no solo se juega los fines de semana, sino que la fecha se completa en cuatro días. ¿Qué te parece la programación?
—El campeonato comenzó con muchas trabas por el tema de licencia y parece haber olvidado que los clubes viven de la taquilla y se están olvidando que los actores principales son los jugadores. La gente aquí del norte está acostumbrada a ver fútbol los fines de semana, no un lunes o martes.
—Se te nota muy fastidiado…
—Claro, porque están quitando a los clubes tener una mayor regularidad en las taquillas para llevar al equipo sin problemas.
—Los presidentes de Unión Huaral y Coopsol han salido a decir que el torneo puede colapsar…
—Los clubes han presupuesto con los derechos de trasmisión, pero ahora se dice que no y con todo esto puede colapsar, efectivamente. El tema de derechos de TV se está dejando de lado y al final, con la inestabilidad de los clubes, el gran perjudicado será el fútbol peruano.
—No todo es malo, se están presentando mejores campos de juego…
—Sí, pero hay que tomar en consideración que el campeonato recién empieza y por eso están bien. Aquí, en Chiclayo, hay tres equipos: Pirata, Carlos Stein y nosotros, y no hay tantos campos, por lo que debemos alternarlos y así va a ser complicado mantenerlo bien durante todo el año.
—Tu retiro de las canchas como futbolista fue de manera imprevista el 2012. ¿Qué sucedió?
—Ya estaba cansado, me había cansado el ritmo de entrenamiento, a pesar que a mis 37 años me encontraba entero.
—¿Nunca te dio el bichito de volver?
—En momentos específicos, como el ascenso de Alianza Atlético (era el DT), volví a sentir nervios cuando iba a jugar un encuentro y estaba a poco de pedir los chimpunes….
—Siempre se te consideró un líder dentro de la cancha y eso mismo estás demostrando como entrenador.
—Siempre he buscado la mejora del equipo y eso no le gustaba a muchos. Los de mi generación, más o menos somos los fundadores de la Agremiación de Futbolistas y eso involuntariamente te marca. En mi caso, por eso algunos contratos con equipos grandes se han truncado.
—En la huelga de jugadores del 2012 tuviste un rol protagónico, ¿te acuerdas?
—Nada que ver, no tuve nada que ver en la huelga y me calificaron de cabecilla. ¿Cabecilla? Será por mi cabezota. Mi decisión era apoyar al grupo en esa determinación, nada más. No puedes apoyar una huelga de lunes a viernes y el sábado jugar, porque eso iría en desmedro de uno mismo.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.