Hace un año estaban al borde del llanto, maldiciendo su suerte y buscando los responsables de tan terrible campaña, sin embargo, hoy las cosas han cambiado radicalmente. Alianza Lima pasó de pelear la baja en el 2020 a luchar por el título nacional en este y todo porque en Matute supieron enmendar acertadamente el rumbo. Hubo buenas decisiones, y aquí presentamos las que creemos fueron las más importantes para que el cuadro íntimo esté a un paso de lograr su campeonato número 24.
Tras consumarse el descenso del equipo, la dirigencia de Alianza Lima no se quedó de brazos cruzados y peleó en los tribunales deportivos la permanencia del club apoyándose en las innumerables irregularidades que hubo en el campeonato peruano.
Alianza llevó su caso al TAS y después de varios meses de incertidumbre le dieron la razón. El equipo tenía luz verde del Tribunal de Arbitraje Deportivo para seguir jugando en Primera División dejando sin efecto su descenso en el campo.
Paralelamente a estas gestiones, Alianza Lima tomó decisiones en la parte administrativa, apartando de todo manejo deportivo al Fondo Blanquiazul. Ahí apareció la figura de Miguel Pons como nuevo administrador del club.
La primera gran tarea de la dirigencia era designar al entrenador para la presente temporada.
Al club llegaron curriculum de muchos técnicos. Desde los más caros hasta los más económicos, los de gran trayectoria y los que recién empezaban a ejercer la profesión, pero en Matute no se marearon y siguieron con su postura de fichar a un técnico barato, que conociera la idiosincrasia del fútbol peruano y que le gustara trabajar con jóvenes. Requisitos que cumplía el argentino Carlos Bustos, quien en pocos meses ha convertido a un equipo perdedor a uno casi invencible. En la temporada jugó 24 partidos, de los cuales ganó 16, empató 7 y apenas perdió un partido. Estadísticas sumamente buenas.
Otro punto fundamental en el repunte de Alianza Lima fue la renovación de su plantel. Del equipo que jugó la temporada pasada no quedó ni el 10%, solo siguieron el volante y Josepmir Ballón y el portero Steven Rivadeneyra. Luego Carlos Ascues, Rubert Quijada, Francisco Duclós, Aldair Salazar, Anthony Rosell, Carlos Beltrán, Alexi Gómez, Patricio Rubio, Joazhiño Arroé, Leao Butrón, Rinaldo Cruzado, Alberto Rodríguez, Beto da Silva y Franz Schmidt se fueron de la institución no solo por su desempeño en el terreno de juego sino por los rumores de indisciplina que rodeaba al plantel.
Un nuevo técnico y nuevos jugadores no eran suficientes para conformar un gran plantel, se necesitaba líderes positivos y en tienda blanquiazul lo entendieron a la perfección por eso buscaron jugadores con mucha experiencia, ganadores y sobre todo buenas personas.
La llegada de Hernán Barcos le hizo mucho bien al plantel y en especial a los más jóvenes. El Pirata le imprimió humildad, sacrificio y orden a un grupo que hasta el día de hoy no se le conoce ningún acto de indisciplina.
El argentino ganó la Recopa Sudamericana en el 2010 pero no tuvo ningún inconveniente de transmitir su experiencia a los más chicos del grupo.
Por último, el retorno de Jefferson Farfán fue el envión anímico que necesita el club y la Liga 1 para hacerla más atractiva.
La Foquita ha sido ídolo en Holanda, Alemania y Rusia, llevó a la Selección Peruana al Mundial de Rusia 2018 y es considerado uno de los mejores jugadores peruanos de toda la historia. Esos pergaminos lo hacen un jugador ejemplo para cualquier jugador.
Periodista, comunicador social y amante de los deportes.