Fueron días realmente difíciles por el coronavirus. El temor se apoderaba de Marcial Salazar conforme los síntomas empeoraban su salud y los amigos del barrio morían sin consuelo alguno. Pero Dios le dio una segunda oportunidad y hoy está aquí para contarlo.
El ex jugador de Alianza Lima (campeón en 1997), la “U” y Municipal, entre otros, reveló que se contagió del COVID-19 junto a su familia en Iquitos, pero gracias al tratamiento rápido que recibió pudo curarse a tiempo.
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—¿Qué tan difícil son estos momentos para ti?
—Gracias a Dios, estoy bien, pero han sido difíciles porque la cuarentena me agarró en Iquitos y lamentablemente me dio el coronavirus.
—¿En qué momento te infectaste del coronavirus?
—Me infecté más o menos en la primera semana de abril.
—¿Cómo te diste cuenta? ¿Te hiciste la prueba de descarte?
—No, me di cuenta por los síntomas. En ese momento la situación en Iquitos era preocupante con respecto a los medicamentos y el oxígeno.
—¿Llegaste a ser internado?
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—Gracias a Dios no fui al hospital porque hubiera sido peor. El virus lo tratamos en casa y por ahí la recuperación fue lenta, pero ahora estoy tranquilo.
—¿Qué síntomas te dieron?
—Me dio dolor de cuerpo, dolor de garganta, dolor de cabeza, perdí el gusto, el olfato y estuve buen tiempo con diarrea.
—¿Cuánto tiempo te tomó recuperarte del virus?
—Estuve 21 días con los síntomas, pero para recuperarme por completo tardé casi un mes y medio.
—¿Después te hiciste la prueba de descarte?
—No, porque aquí lamentablemente la situación es crítica. Hay mucha gente, como yo, que se ha infectado y no ha podido hacerse la prueba porque no hay. Estadísticamente, no estamos en la lista de positivos.
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—¿Tu familia también se contagió?
—Sí, pero al igual que yo pudimos aguantar el virus para no llegar a la neumonía, que nos hubiera llevado al hospital.
—¿Cuántos familiares se contagiaron?
—Las seis personas que viven conmigo. Mi señora, mi suegro, mi cuñada...; menos mal que mis hijas viven en Lima y se salvaron.
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—A pesar de no llegar a tener neumonía, ¿pensaste lo peor?
—Sí. En ese momento había temor. Tenía cierto miedo porque aquí se decía una cosa y otra. La situación en los hospitales en Iquitos era complicada. Siempre te levantabas o te acostabas con cierto temor si al día siguiente ibas a estar vivo.
—¿Fue también un desgaste psicológico?
—Sí, porque no sabes qué va a pasar de madrugada con tus familiares. Mentalmente, el virus también te come.
—¿Se puede decir que has vuelto a nacer?
—Creo que sí. Todo esto me ha ayudado a comprender muchas cosas y a darnos cuenta de otras.
—¿Qué cosas te has dado cuenta?
—Hay mucha deficiencia en el tema de salud y la corrupción es increíble. No entiendo cómo puede haber gente que en estos momentos difíciles te puedan robar los medicamentos o te suban demasiado los precios.
—¿Es cierto que debes tener dinero para salvarte?
—Sí. Combatir esta enfermedad es complicado para todos. Es una pena saber que si no tenía dinero me iba, me moría. Gracias a Dios tengo algunos ahorros y con la ayuda de mi familia pudimos salir de esto.
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—¿Qué mensaje le darías a los gobernantes?
—Que es una pena que el Gobierno central no sepa lo que pasa en las regiones o en las provincias. Ojalá mejore el tema de la salud y la corrupción sea desterrada en las instituciones. Que mejoren los sueldos de los médicos, enfermeros y profesionales de la salud.
—¿Ahora que harás para sobrevivir?
—La cosa está difícil para los que vivimos del fútbol. Gracias a Dios tengo otra profesión, que es de administrador y veré si puedo retomarla. Somos muchos entrenadores para pocos puestos de trabajo. Ojalá que la Federación Peruana de Fútbol apoye a los técnicos.
—¿Antes de la pandemia estabas dirigiendo?
—Sí, estaba en el Estudiantil CNI jugando la liga distrital, pero el 15 de marzo se paró todo. Ahora hay que ver qué alternativas se presentan. Sería bueno que la Copa Perú siga para ayudar a muchos técnicos.