
La industria musical en Perú atraviesa una de sus peores crisis. Hasta 65 orquestas son víctimas de extorsiones, amenazas y violencia por parte de bandas criminales que exigen hasta el 30 % de las ganancias de cada concierto como “cupo” para permitir que los músicos puedan tocar sin ser atacados.
Entre las agrupaciones afectadas figuran nombres emblemáticos como Agua Marina, Timbera Orquesta, Grupo Cinco, Son Tentación y Zaperoko, según informó RPP Noticias.

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De acuerdo con la Asociación de Empresarios Artísticos del Perú (Aseap), de unas 900 orquestas activas en el país, al menos 65 han sido víctimas directas de extorsión. Su presidente, Walter Dolorier, reveló que estos grupos criminales ya tienen acuerdos con algunos empresarios y cobran un porcentaje fijo de las taquillas.
“Ellos se llevan el 30 % de cada taquilla, en caso que tengan un convenio con los dueños de las bandas”, explicó Dolorier en Latina.
Esta situación ha forzado la cancelación de conciertos, la parálisis de actividades y hasta la adopción de medidas extremas de seguridad por parte de los artistas. Muchos músicos se ven obligados a usar chalecos antibalas durante sus presentaciones por miedo a ser atacados.
La violencia ha tocado directamente a figuras reconocidas de la música peruana. Edu Lecca, uno de los cantantes afectados, contó que fue víctima de un atentado armado cuando se dirigía a una presentación en La Libertad.
Durante otra presentación, los asistentes vivieron momentos de pánico cuando se escucharon disparos en pleno evento.
Por su parte, Paula Arias, vocalista de Son Tentación, confesó que el miedo domina el ambiente artístico:
“Estamos con miedo, la verdad. Seguimos trabajando, pero con mucho temor”.
El temor ha llevado a suspender conciertos en zonas de Lima Norte, Callao y Trujillo, donde ya se han registrado ataques armados y explosivos contra músicos y exintegrantes de reconocidas agrupaciones.
El impacto de la extorsión no solo afecta a los artistas. La asistencia del público ha caído drásticamente, incluso en lugares icónicos como el Complejo Santa Rosa de Santa Anita, donde la seguridad se ha reforzado sin lograr eliminar el miedo.
“La gente ya no quiere salir por el momento por un tema de seguridad”, resumió Dolorier en declaraciones a RPP.
La falta de protección estatal ha generado frustración entre los músicos y empresarios. Dolorier advirtió que la situación ha escalado a niveles alarmantes.
“Nos han declarado la guerra (los grupos criminales). En estos momentos, ya comenzó la venganza, minuto a minuto en todo el país”, afirmó en RPP.
Frente a esta amenaza, muchas orquestas han optado por contratar seguridad privada y reducir sus presentaciones a zonas consideradas menos peligrosas. Otros artistas, como Jhonny Peña, director de Zaperoko, prefieren no presentarse en ciudades como Trujillo hasta que la situación mejore, aunque esto afecte su sustento económico.
El fenómeno no se limita a Lima. Según RPP, las regiones más golpeadas por las extorsiones son Tumbes, Piura, Chiclayo, Juliaca, Iquitos, Tarapoto y Huancayo, donde las bandas delictivas ya han extendido su red de amenazas.
Cada fin de semana, la industria musical peruana pierde millones de soles por los eventos cancelados, el temor del público y el cierre de locales.
El miedo se ha convertido en el nuevo acompañante de los músicos, quienes hoy tocan con el corazón encogido, esperando que la música no se apague por culpa del crimen.
Periodista especializada en actualidad y tendencias. Bachiller en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en Popular. Interesada en temas relacionados con actualidad nacional e internacional, virales en tendencia y más.