
En la década de 1990, Aero Continente emergió como una de las principales aerolíneas del Perú, fundada por Fernando Zevallos, conocido como 'Lunarejo'. La empresa creció rápidamente, aprovechando la desaparición de competidores como Faucett y Aeroperú, y llegó a operar rutas nacionales e internacionales. Sin embargo, investigaciones de la DEA y del Ministerio Público revelaron que Zevallos financiaba la aerolínea con dinero proveniente del narcotráfico, lo que llevó a su inclusión en la lista de capos de la droga de Estados Unidos en 2004 y a su condena en Perú en 2005.
Tras la condena de Zevallos, las autoridades peruanas decomisaron 13 aviones de Aero Continente, incluyendo siete Boeing 737, tres Boeing 727 y dos Fokker F-28, con un valor estimado de US$1.000 millones. Estas aeronaves fueron almacenadas en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez del Callao, pero con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, se deterioraron hasta convertirse en chatarra.
Actualmente, carecen de alas, puertas, motores y equipos de navegación, y su estado de abandono representa un riesgo para la seguridad aeroportuaria.
La transformación de estos aviones en chatarra ha sido atribuida a la negligencia de diversas entidades estatales, incluyendo el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), la Dirección Antidrogas (Dirandro) y la Fuerza Aérea del Perú (FAP). A pesar de las órdenes para retirar las aeronaves debido a la ampliación del aeropuerto, no se ha llegado a un acuerdo con el Programa Nacional de Bienes Incautados (Pronabi) para determinar su destino final.
El caso de Aero Continente y Fernando Zevallos es emblemático de cómo el narcotráfico puede infiltrarse en las estructuras empresariales y estatales. Durante el gobierno de Alberto Fujimori, se documentaron múltiples casos de corrupción y vínculos entre funcionarios y el narcotráfico, lo que facilitó el crecimiento de redes criminales.
La historia de estos aviones abandonados refleja las dificultades que enfrenta el Perú en su lucha contra el narcotráfico. A pesar de los esfuerzos por interdictar el tráfico de drogas, la corrupción y la falta de coordinación entre las instituciones han socavado estos intentos, permitiendo que bienes incautados pierdan su valor y utilidad.
Cabe mencionar que, los 13 aviones de Aero Continente, que alguna vez simbolizaron el poderío de una aerolínea nacional, hoy yacen como monumentos al fracaso institucional en la gestión de bienes incautados al narcotráfico. Su deterioro no solo representa una pérdida económica significativa, sino también una oportunidad perdida para reparar los daños causados por el crimen organizado en el país
Periodista especializada en tendencias y actualidad. Licenciada en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Certificada en SEO y Marketing Digital. Interesada en temas relacionados con tendencia, coyuntura nacional, farándula y más.