A diario cientos de escolares se ven obligados a recibir clases expuestos a las inclemencias del sol y el intenso calor, de cerca de 30 grados, en una losa deportiva donde se han construido improvisadas aulas de calamina y tripley que se han convertido en verdaderos “hornos” para niños y maestros del colegio Santo Domingo de Guzmán, ubicado en el distrito de Chicama, provincia de Ascope, en La Libertad.
Esta situación se dio luego que la empresa China Civil Enginneering Construction Corporation (CCECC) sucursal del Perú demolió la mencionada institución educativa para edificar una Escuela Bicentenario, en el marco del acuerdo gobierno a gobierno (G2G) con el Reino Unido, bajo la asistencia técnica del consorcio británico-finlandes Koulu.
Para asegurar la continuidad del servicio educativo de los estudiantes, mientras se construye la nueva institución educativa, el Proyecto Especial de Inversión Pública Escuelas Bicentenario, instaló solo 15 aulas temporales o de “contingencia”, insuficientes para una población de más de 700 escolares, por lo que la dirección del plantel adquirió 5 módulos con paredes de madera y techos de calamina, sin la debida ventilación.
Al respecto, el 13 de marzo, Defensa Civil de la Municipalidad Distrital de Chicama, tras una inspección y evaluación, determinó que las aulas prefabricadas actualmente en uso “no brindan la seguridad necesaria” y constituyen “un peligro eminente” para estudiantes y docentes.
El documento indica que la construcción es insegura, por lo deficiente de la estructura de las aulas. Las columnas no tienen anclaje en la superficie y están fijadas con clavos, no cuentan con uniones metálicas que permitan evitar el desprendimiento de las vigas. En conclusión, “las aulas prefabricadas no cumplen con las condiciones mínimas de seguridad en lo estructural”, advierte.
Lourdes Reyes Yupanqui, representante del Consejo Educativo Institucional (CONEI), añadió que la empresa constructora ha dejado solo 15 aulas de contingencia. No se ha tenido en cuenta a todos los estudiantes ¿Acaso no sabían que hay más de 700 alumnos en este colegio? No es posible que por falta de planeación nuestros hijos se estén muriendo se calor en esas aulas.
“Mi hijo, que está en el quinto año de secundaria, me dice mamá ahí yo me ahogo, no hay ventilación, es un calor insoportable, ni bien llegas y estás sudando. Ni los profesores quieren estar en el aula. Es un horno”, manifestó.
“Los niños están sufriendo con el calor, sofocados. Mi nieto sale todo sudoroso ¿Cómo será adentro? No nos permiten el ingreso. Lo que me llama la atención es que los módulos que los iban a terminar en 30 días, según el cartel que colocaron, los han hecho en once meses, Cuánto se demorarán en hacer el colegio”, sostuvo Luis Guiver Maldilla.
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