Estuardo Masías Marrou actualmente es uno de los empresarios más exitosos y experimentados a nivel nacional, pero que detrás suyo lleva una historia marcada por la perseverancia y el sufrimiento, tras lidiar con los pasajes más oscuros que afrontó nuestro país. Esta es la biografía del hombre que inició un sueño plantando mandarinas y que terminó convirtiéndose en un referente empresarial en Perú.
Actualmente, Estuardo Masías tiene en su poder 4.500 hectáreas de terreno en diversos puntos del país y su compañia de gallinas es la tercera más grande de Sudamérica, donde vende más de 300 toneladas de huevos en el Perú. En julio del 2022 recibió el premio de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú, tras ser reconocido por la Inclusión Social por su proyecto “Tinis Calera”.
Estuardo Masías estudió Agronomía en la Universidad Nacional Agraria de La Molina y luego viajó a California, Estados Unidos, para especializarse en cítricos con una maestría con la intención de llevar a cabo su proyecto más deseado en ese entonces: sembrar mandarinas. Amante de los deportes y carismático, es el ganador del "Premio IPAE al empresario 2018", actual CEO de “La Calera”.
Con un terreno de 1.000 hectáreas que adquirió antes de partir al suelo americano, el agrónomo buscó sacar adelante su negocio. Sin embargo, las aspiraciones que tenía quedó interrumpida debido a la Reforma Agraria implantada por el exdictador Juan Velasco Alvarado, ya que "me quitó todo".
"En mi vida me han pasado tres cosas graves: la Reforma agraria, el terrorismo y Alan García. Cuando faltaban dos años (para pagar la deuda total del terreno), llegó Velasco Alvarado al gobierno y me quitó todo. A los 29 años era millonario y a los 30 no tenía ni un sol", contó Estuardo Masías en diálogo con Gestión en 2018.
La Calera
Otro de los pasajes más aterradores que vivió Masías fue el atentado que recibió por integrantes de la organización terrorista Sendero Luminoso. Asegura que en un inicio no hizo caso a las constantes amenazas que recibía, pero que después acarició la muerte tras ser atacado con metralletas cuando se encontraba en su casa.
Años después, se dedicó a la crianza de pollos, pero un nuevo golpe a su economía le dio el gobierno de Alan García, quien, aplicando métodos estatistas, hizo que sus ventas disminuyan sintiéndose obligado a matar a sus animales.
Cuando creyó que todo estaba perdido al fracasar con la siembra de mandarinas y la venta de pollos, decidió levantar la cabeza y empezó la comercialización de los huevos con las 2.000 gallinas que le quedaban. Más adelante se convirtieron en 6.000 aves y gracias a ello fundó La Calera.
Periodista de actualidad y policiales. Egresado de la Universidad de San Martín de Porres. Interesado en música y motos.