La historia de superación de los hermanos Torvisco: de vender golosinas a crear el imperio de “Pinturas Anypsa”
Tras la muerte del padre, los hermanos Torvisco tuvieron que trabajar desde muy niños para sacar adelante a la familia.
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Hace más de 30 años, nació una de las empresas más prosperas de pintura, Anypsa, el cual surgió desde abajo y sacó de la pobreza a unos humildes hermanos. Ellos comenzaron vendiendo caramelos para salir de la pobreza y tras dedicarse al rubro de la pintura, una decisión que tomaron les cambió la vida para siempre.
Los hermanos Nemecio, Prudencio y Alejandro Torvisco, naturales de la región de Abancay, enfrentaron muchos obstáculos para que su negocio se convirtiera en lo que es hoy. Ellos contaron que todo comenzó tras el fallecimiento de su padre, donde el hermano Nemecio Torvisco tuvo que trabajar en el campo con sus hermanos para ayudar a la economía familiar.
Su jornada laboral empezaba a las 4 de la mañana, hora en la que su abuelo los despertaba y antes de salir de casa les daba palabras de aliento.
A los 9 años, Nemecio migró, junto a sus hermanos, a Lima para estudiar y trabajar. Fue así que, a mediados de la década de los 80, empezó a vender golosinas en la puerta del cine Riva Agüero, en El Agustino. Ellos eran tan emprendedores y perseverantes para los negocios que esperaron a que saliese el último asistente de la última función nocturna para ofrecerle su mercadería, relató a la agencia peruana de noticias.
Lo más triste era a la hora del recreo, cuando ellos no salían a divertirse con sus amigos ya que no tenían dinero para comprar golosinas, algo común entre los niños de su edad.
Pinturas Anypsa
A los 14 años, Nemecio Torvisco se encontraba trabajando en una carpintería y Alejandro se quedó sin empleo, pero se quedó con las enseñanzas que obtuvo al trabajar en una fábrica de pinturas, por lo que decidió arriesgar y emprender en el mismo rubro.
Nemecio se unió a su hermano en la venta de pinturas. Utilizando una bicicleta para transportarse, repartía el producto a clientes de diferentes distritos de la capital. Así pasaron semanas, hasta que cierto día, en una reunión familiar, los hermanos Torvisco acordaron invertir sus ahorros en la adquisición de un motor eléctrico para crear su propia fábrica de pinturas.
De acuerdo a la información difundida por la agencia Andina, al día siguiente, Alejandro, Nemecio y Prudencio fueron a la calle Pachitea (Centro de Lima) a comprar el aparato, y luego al jirón de la Unión, donde les hicieron el logo de su empresa. De esta manera, nació Anypsa, denominación formada por las iniciales de sus nombres.
Ellos contaron que el primer local fue uno de 100 metros cuadrados y resultó ser parte de una estafa, pues quien les alquiló el recinto no era el verdadero dueño. No obstante, lograron recuperarse y continuar con su proyecto.
Fue así que, el 11 de setiembre de 1991, comenzaron la elaboración de las pinturas en un nuevo local en Santa Anita. La venta de la primera producción fue todo un éxito. Su notable crecimiento los llevó pronto a instalar una oficina. Para ello, Nemecio compró cuatro esteras, tomó un balde de aceite como escritorio y un pequeño galón de pintura como silla.
El éxito que tuvieron fue tanto que tuvieron que construir su propia fábrica de pinturas ya que las que alquilaban les resultaba muy pequeñas.
Periodista de actualidad, especializado en temas de coyuntura nacional. Licenciado de la Universidad Cesar Vallejo.