Este 3 de setiembre conmemoramos el aniversario número 100 del nacimiento de una de las compositoras más reconocidas del Perú: Chabuca Granda. Por eso te damos algunos datos anecdóticos de su biografía.
María Isabel Granda y Larco, conocida en el mundo artístico como “Chabuca Granda”, nació un 3 de setiembre de 1920, en el asentamiento minero Cotabambas Auraria, a 4.800 metros de altura. “Nací tan alto que me lavaba la cara con las estrellas”, solía comentar risueña.
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Su padre, el ingeniero de minas Eduardo Granda, fue enviado a aquel lugar recóndito de Apurímac recién casado con la trujillana Isabel Larco. Chabuca Granda vino al mundo después del nacimiento de su hermano Eduardo, quien falleció apenas cumplidos el primer mes.
En la primera semana del nacimiento de la bebé, un incendio destrozó su casa y pudo ser rescatada por un empleado de la familia. La familia se mudó a Lima. En la capital la pequeña María Isabel fue bautizada e inició su etapa preescolar en Barranco. A los 12 años, los Granda regresaron a la capital.
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En la secundaria floreció su pasión por la música. Formó un dúo y luego un trío con el que interpretaban canciones mexicanas. En 1942, se casó en Lima con el militar brasileño Enrique Demetrio Fuller da Costa, y se fueron a vivir a Washington, en Estados Unidos.
La pareja tuvo tres hijos: Eduardo Enrique, Teresa María Isabel y Carlos Enrique. Su matrimonio duró poco y se divorció después de 10 años. Sin embargo, a los 30 años ya tenía claro que la música iba en serio.
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Pasaba horas meditando sobre lo que podía hacer y tarareaba las melodías que se le iban ocurriendo. “Yo soy letrista, a pesar de que tengo algunas ideas poéticas. Vivo y siento como un poeta, pero sé que no soy uno de ellos. El poeta tiene la sorpresa del ingenio”, indicó una vez la célebre intérprete.
En la década del 50, casi 9 años antes de su debut como cantante profesional, Chabuca compuso “La flor de la canela”, convirtiéndose en una de las canciones más representativas de la música peruana.
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“Esta canción me hizo popular. He dicho siempre que seré popular pero no importante. La importante es Victoria Angulo, distinguida señora de raza negra, por quien me inspiré y a quien dediqué ‘La flor de la canela’”, afirmó.
Un día de 1951 doña Victoria visitó sorpresivamente a Chabuca, quien trabajaba en la Botica francesa, del Jirón de la Unión, en el Centro de Lima. La mujer, quien vivía en el Rímac, lejos de allí, se despidió y le dijo: “Adiós, niña, me voy a pie hasta mi casa”.
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En ese instante, a Chabuca le surgieron las imágenes de su andar lento y elegante “por la vereda que se estremece”, “del Puente a la Alameda”. “Victoria Angulo, por quien Lima tendría que alfombrarse para que ella paseara de nuevo, fue una guardiana exquisita de nuestras buenas costumbres y tradiciones. Necesariamente debemos reconocerla como nuestra mejor embajadora ante el mundo”.
El libro “Antología poética. Signo e imagen”, que editó el Banco de Crédito del Perú, recoge estas palabras de la distinguida cantante peruana. Chabuca se inspiró con el verso “jazmines en el pelo” tras contemplar a aquella lavandera que con 58 años de edad ya peinaba canas.
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Y fue cuando apreció el rubor que emanaba de sus mejillas morenas que pergeñó otra de las figuras: “y rosas en la cara”. Todas estas imágenes le quedaron flotando.
Es al año siguiente, que recién le pudo dar el toque final. En plena tertulia en casa de un amigo, Chabuca salió al balcón y con los brazos extendidos, mirando al cielo exclamó: “¡Déjame que te cuente limeño!” hizo una breve pausa y agregó “esa es la frase que le faltaba a mi vals”.
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La discografía oficial de Chabuca Granda está compuesta por doce álbumes de estudio, 37 de los cuales ocho publicó como cantautora y en cuatro participó supervisando la producción.
Como cantautora está “Dialogando” con Óscar Avilés, “Grande de América”, “La Flor de la Canela”, “Voz y Vena de Chabuca Granda”, “Chabuca Granda”, “Chabuca Granda y Don Luis González”, “Tarimba Negra” y “Cada Canción con su Razón”.
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Como productora está: “Lo mejor de Chabuca Granda”, “Navidad”, “Doce nuevos valses de Chabuca Granda de Rubén Flórez Pinedo” y “Misa Criolla de Chabuca Granda”. Sin embargo, dejó más de cuatrocientas canciones compuestas, de las cuales registró solo 150, además de decenas de temas inéditos.
El 16 de agosto de 1980 sufrió su primer infarto durante un concierto con 15 mil espectadores en Bogotá. En 1982 llegó el segundo en Lima. Al año siguiente, le sobrevino un tercer infarto lo que hizo que fuera traslada al Florida Medical Center de Fort Lauderdale en Estados Unidos para someterla a una operación a corazón abierto.
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Debido a problemas posoperatorios, Chabuca Granda falleció el 8 de marzo de 1983. Sus restos fueron repatriados el 12 de marzo. La noticia de su muerte conmocionó al mundo.
El cortejo fúnebre, integrado por artistas nacionales e internacionales, y miles de seguidores, partió desde el Convento de los Descalzos y paso por la Alameda de Los Descalzos y la Plaza de Armas, donde el presidente Fernando Belaúnde presentó sus respetos y el alcalde Eduardo Orrego entregó las llaves de la ciudad a sus herederos. Fue enterrada en el Cementerio El Ángel.