Un profesor de un colegio de Ventanilla llamado Freddy Rodolfo Corrales junto a otros colegas más, vienen llevando alimentos a las familias de sus alumnos que se encuentran en situación de vulnerabilidad desde que inició el estado de emergencia por el coronavirus.
El maestro, dedicado hace seis años a la docencia, cuenta que dejó su natal Trujillo hace dos años para enseñar en la capital y que este año entro a trabajar al colegio 5150 en Cerro Cachito ubicado en Pachacútec, pero que la pandemia del COVID-19 y la cuarentena arruinaron sus planes.
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Cuenta, que las nuevas formas que se empleó para educar a sus estudiantes no era un trabajo fácil, ya que la tecnología era una de sus debilidades.
"Al inicio se me hizo un problema, no teníamos mucho conocimiento de manejar las redes sociales, para hacer un video se nos hacía un mundo. Lo intentábamos uno, dos, tres y hasta cinco veces hasta que salga. Ahora trabajamos realizando nuestros videos", cuenta el profesor.
Asimismo, indica que la situación que atraviesan muchos de sus alumnos no son nada alentadoras, debido a que muchos de ellos se vieron seriamente afectados por la cuarentena y no cuentan con los recursos económicos para continuar con sus clases virtuales.
“Los estudiantes tienen dificultades. Muchos de ellos recargan a diario sus celulares para poder ver las clases. Y muchos no se pueden conectar porque sus padres se llevan al trabajo sus celulares y no los traen hasta la noche”, relata el docente.
Ante la difícil situación, el valeroso maestro cuenta que junto a otros colegas suyos de la institución educativa decidieron hacer algo por sus estudiantes.
“El profesor, Jesús Galarza, dio a conocer la opción de que se abriera un comedor para los estudiantes. Nosotros apoyamos al profesor con alimentos, él gestionó cocinas, ollas, el comedor. La comida es preparada por la señora Janet Delgado, guardiana de la institución, quien también prestó su casa para el comedor", sostiene.
Además de este comedor que logra alimentar a 32 estudiantes, el profesor Corrales lleva víveres cada semana a sus alumnos en situación más vulnerables.
Freddy Corrales, afirma que a pesar de la ardua labor que realiza, el virus aún no ha tocado su puerta, pero trata de cuidarse tomando preparados naturales y bebidas calientes.
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"Tengo mi eucalipto y mi kión y eso tomo en las noches. Trato de ser fuerte para hacer mi clase tengo que darme moral. A veces me ganan las lágrimas, pero tengo que ser fuerte, qué voy a ganar poniéndome así", dijo.
El profesor de educación física a pesar de las circunstancias no deja de apoyar y animar a sus estudiantes, ya que, como comenta, ama lo que hace. "Animo a los chicos para que ellos sigan adelante, que esto va a pasar, esto no tiene que derribarnos chicos, les digo", finalizó.