Sara Noemi Arroyo Ccochachi (40) es madre soltera de dos hijos de 11 y 15 años, antes de que empiece la cuarentena trabajaba como ayudando en una librería de San Martin de Porres sacando fotocopias e impresiones.
Su familia de tres, ha sido una de los cientos de familias golpeadas por la crisis a causa de la cuarentena por el coronavirus. Y treinta y cuatro días de cuarentena no solo se le a acabado la comida sino también el aliento para vivir.
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Hace dos semanas Sara empezó a sentir fiebre alta. Inmediatamente llamó al 113, línea habilitada para orientar sobre casos de covid-19, sin éxito alguno, volvió a llamar al día siguiente, pero esta vez con tos. Lograron que les respondieron la llamada: “Iremos en unos momentos, bríndenos sus datos”, pero ellos nunca llegaron nos comenta Sara.
Luego de una semana de fiebre intensa la llamada al 113 volvió a entrar: “No podemos ir en estos momentos, no contamos con ambulancias”. Con el rostro empapado en lágrimas Sara decidió aislarse con sus dos menores hijos en el cuarto que alquilan en SMP. La madre de familia que empeoraba con los días, estaba siendo atendida por sus dos hijos, quienes insistían con las llamadas al 113.
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Ya han pasado dos semanas y la joven de 15 años al ver a su mamá si poder respirar llamó al 113 la noche de ayer, “en estos días iremos, nos comunicaremos con ustedes”.
Hoy Sara respira con mucha dificultad y su la mayor de sus hijas ya empezó a presentar altas temperaturas. Ellos piden que personal del Minsa pueda acercarse hasta donde se encuentran cumpliendo el aislamiento social.
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