El papa Francisco se encomienda a su religión para acabe por fin la pandemia del coronavirus. Tras la situación actual que vive el mundo por este mal, decidió acudir a una iglesia del centro de Roma, donde se arrodilló para implorar por ello.
El Sumo Pontífice abandonó el Vaticano de 'forma privada' para dirigirse a pie, solo en una parte del Vía del Corso, hacia la iglesia San Marcello, donde se encuentra un crucifijo de madera, el cual no recibió ningún daño luego de un incendio en 1519.
LEE MÁS: Nicolás Maduro ordena cuarentena en Venezuela para evitar la propagación de COVID-19
El camino por el que recorrió estaba totalmente desierto, esto debido a las medidas que se dictaron en este país para evitar la propagación del coronavirus.
Cabe indicar que en este templo se alberga este crucifijo, el cual quedó intacto cuando fue sacado para una procesión en los barrios de esta ciudad para pedir que se termine la peste que azotaba en esos tiempos.
Es por ello que este hecho fue considerado como único y milagroso por los creyentes. El Papa Francisco, al parecer, cree que la única forma para acabar con esta pandemia es a través de la oración, y se ha encomendado a ello asistiendo a este lugar.
Ante la imagen de la Virgen y este crucifijo “ha implorado la curación de los muchos enfermos, recordado las numerosas víctimas de estos días” y ha pensado también en sus familiares y en los médicos y operadores sanitarios que luchan contra el virus y que “con su trabajo garantizan el funcionamiento de la sociedad”.
MIRA TAMBIÉN: Coronavirus en Perú: Sector empresarial garantiza abastecimiento de alimentos
El papa Francisco también ha acatado las disposiciones del Gobierno de Italia para evitar que se propague este virus. Ya no realiza misas y audiencias con los fieles, ahora solo se transmite todo tipo de eventos religiosos a través de televisión o internet, lo mismo se hará durante la Semana Santa.