Para los niños no hay colores que los dividan. Por eso una Aldea Infantil llamada Esperanza SOS en Comas alberga niños venezolanos y peruanos todos juntos por un mejor futuro. Incluso algunas madres llaneras trabajan en el local para poder estar cerca de sus pequeños.
Es el caso de Alondra y Gabriel de Caracas. Vinieron hace unos meses a Perú, les costó adaptarse a las costumbres y la comida y un poco socializar pero al final en el mundo de los "peque" y con ayuda de sus profesoras se han integrado muy bien.
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Damaris la madre de uno de ellos vende limonada y maracuyá en las calles de Comas para solventar sus gastos y está muy satisfecha con la educación de su pequeño en el citado nido. " Aquí le refuerzan los valores, el compañerismo, todos se llevan bien y las profesoras son muy buenas", dice la llanera.
En Aldeas Esperanza SOS hay 200 niños entre peruanos y venezolanos. La Muncipalidad da algunas donaciones pero son insuficientes. Los menores venezolanos después de ingerir sus alimentos hacen la siesta de una hora y aunque es duro estar en un país extranjaero, el sueño de ser feliz junto a los suyos nadie se los quita.
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