No se aprende la lección. El uso irresponsable de los pirotécnicos en las celebraciones por el Año Nuevo causaron serias consecuencias y es que en la madrugada los bomberos atendieron cerca de 100 incendios y más de una emergencia.
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En el Rímac, cuatro viviendas de un asentamiento humano fueron consumidas por el fuego luego de que una bengala explotara. Afortunadamente, los bomberos llegaron rápidamente a atender la emergencia, aunque su labor se obstaculizó por el difícil acceso, pero los vecinos los ayudaron a apagar las llamas y rescatar a un menor de 12 años que quedó atrapado en una de las casas. No hubo heridos ni víctimas mortales.
Mientras en San Martín de Porres, una mujer perdió parte de sus implementos de su empresa que se ubicaban en el cuarto piso de su hogar. La causa del incendio también habría sido la explosión de aparatos pirotécnicos.
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Asimismo en Lince, a la altura de la cuadra 22 de la Avenida Militar, los bomberos apagaron otro incendio nuevamente provocado por la mala manipulación de los pirotécnicos. El siniestro fue controlado por completo y el rápido accionar evitó que el fuego se expandiera a las viviendas aledañas.
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