Gran indignación ha causado el caso de Roman Afanasyev, un ruso de 31 años al que siempre le gustó alardear de sus lujos en las redes sociales, pero por querer seguir llamando la atención no le importó poner en riesgo la vida de su bebé en más de una ocasión.
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El hombre se fotografió sujetando su hijo, boca abajo, de una sola pierna desde lo más alto de un edificio. También se grabó sacando al niño por la ventana de su BMW mientras manejaba.
Estas acciones hicieron que se le abriera una investigación, donde se le encontró culpable del delito de "violación a sus responsabilidades básicas como padre". Sin embargo, logró librarse de ir a prisión gracias a su esposa, una joven de 23 años que lloró frente a los jueces para que le pusieran otra pena a su marido. "Les ruego que no castiguen a Roman muy seriamente", pidió entre lágrimas la mujer.
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Finalmente, el Comité de Investigación decidió sentenciarlo a solo 300 horas de trabajo comunitarios. "Me gustaría pedirle a mis padres, mis hijas, mis parientes, que me perdonen. Todo el mundo dice que lo hice para tener un poco de prensa. De ninguna manera", fueron las disculpas del hombre.
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