“¡Te pido, Señor, calmar tu ira! Aplaca tu ira, perdona a tu pueblo por las cosas que no quieres que se hagan. Que se haga tu voluntad, amén”, exclamó Cristo Cholo al visitar a los damnificados del asentamiento humano 27 de Junio, en Ñaña, horas después de que un huaico arrasara con las viviendas de más de 300 familias.
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Después de la furia de El Niño, la esperanza renace en esta Semana Santa para los miles de damnificados que aún viven un vía crucis.
En medio de la tristeza, el Cristo Cholo, personificado por Mario Valencia, que cada Viernes Santo carga su pesada cruz de 90 kilos, llevó esperanza a los damnificados del A.H. 27 de junio, en el kilómetro 19 de la Carrretera Central.
“Definitivamente nuestro Padre celestial brinda nueva vida y la esperanza, su ingreso en este Domingo de Ramos lo cambia todo”, expresó Cristo Cholo. A su paso, una pobladora le dijo: “Ya no se puede dormir aquí por temor a que venga otro huaico”. Cristo Cholo le pidió orar y comprobó que la fe está intacta.
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