El congresista Moisés Mamani protagonizó el último jueves un hecho bochornoso por supuestos tocamientos indebidos a una aeromoza. Sin embargo, esto solo sería parte de un conjunto de sucesos cuestionables que marcan un pasado oscuro.
Su expareja, Gregoria Victoria Ramos Alejo, decidió hacer pública a inicios de año una denuncia contra Moisés Mamani por presuntamente abandonar a su hija, producto de una relación que duró cinco años (entre 1992 y 1997).
"La señora dice que es mi hija y quiero que lo demuestre”. Pese a que la madre exhibió la partida de nacimiento, Moisés Mamani la cuestionó aduciendo que debería ser la justicia la que determine su paternidad.
El parlamentario de Fuerza Popular también tenía otra acusación por acoso y despido arbitrario. Lisseth Valenzuela, exasesora de Moisés Mamani, salió a los medios a contar la supuesta actitud indebida que mantuvo con ella cuando era su trabajadora.
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Aquella vez, Moisés Mamani reapareció en Puno y, cuando se le preguntó por la denuncia, sacó su celular para mostrar pantallazos de un chat de WhatsApp, donde dio a entender que era Valenzuela la persona que se le insinuaba.
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