De camarógrafo a estafar a peruanos por S/ 80 millones: la historia de Cesar Flores y su fuga a México

César Antonio Flores Copa, natural de Puno, alcanzó notoriedad a sus 50 años en 2023 al ser protagonista de uno de los mayores casos de estafa piramidal en la región sur del Perú, defraudando a cientos de personas por más de 80 millones de soles. Una historia que comenzó hace más de 30 años y terminó con una increíble fuga a México.

En la década de los 90, Flores trabajaba como reportero y camarógrafo en el canal 'Puno 13 visión', sin formación académica en periodismo. Durante su tiempo allí, compartió espacio con figuras controvertidas como el director Jorge Aramayo Cordero y la excongresista Alejandra Aramayo Gaona, hija del dueño del canal.

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El abandono del periodismo y sus primeras conexiones políticas

Flores, en sus años de reportero, expresaba su deseo de abandonar el periodismo para dedicarse a negocios que le proporcionaran una vida mejor, en contraste con su infancia marcada por la pobreza y una madre soltera. Sin embargo, su incursión en actividades delictivas lo llevó por un camino opuesto al deseado.

Después de su paso por el canal, Flores colaboró con el exprefecto José Mengoa Salcedo, pero su relación terminó abruptamente debido a presuntas deslealtades. Sus conexiones en la Prefectura de Puno sugieren una red de influencias en el ámbito público en lo que sería la formación de una red de estafas millonaria.

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Herbalife y los inicios de Flores en el esquema piramidal

Flores reapareció como promotor de ventas de Herbalife junto a su esposa, Hilda Violeta Perca Pérez. Según las investigaciones, habría sido su hermano Yuri Samuel Flores Copa el que lo incluyó en el negocio.

Con la determinación de hacer dinero al costo que fuese, reclutó a jóvenes. No solo les convenció de que Herbalife era aparentemente bueno para la salud, sino que los seducía con la idea de ser “exitosos económicamente” y “tener la vida que deseaban” si ingresaban a la organización. Todos los que generaban compras a partir de determinados montos y quienes captaban más clientes y nuevas compras ganaban un porcentaje.

Entre su red de colaboradores tenía a policías en actividad y civiles a quienes había conocido en distintos momentos. Para convencerlos, los introducía en charlas motivacionales. A los vendedores se les sembraba la idea de que el éxito estaba en sus manos y que, si no corrían riesgos, no alcanzarían nunca sus sueños. Su esposa estaba detrás y sabía todo. Así pues, la pareja aparentaba una vida saludable y feliz a partir de los productos ofrecían.

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La llegada de la pandemia y el nacimiento de Pro & Pro

En el 2020, la pandemia de la COVID-19 restringió la movilización social y César Flores junto a su esposa, Violeta Perca, no tuvieron mejor idea que, en junio de aquel año, crear la empresa Inversiones Inmobiliarias Pro & Pro. Esta organización operó, según pudo conocer La República, con los mejores vendedores de “Herbalife”, pero en este nuevo proyecto pasaron a convertirse en “jaladores”.

Según el economista Jorge Torres, la ganancia era una ilusión porque el mismo dinero que depositaban lo devolvían porque ningún negocio te permite tal rentabilidad. Explicó que era un señuelo o "gancho" para atraer más depósitos o ingresos de capital. En efecto, hay personas invirtieron montos por encima del millón de soles.

Muchos vendieron sus casas, depositaron el ahorro de sus vidas y sacaron préstamos. Luego de hacerse de más de S/80 millones, César Flores Copa, en mayo de 2022, fugó a México. Los afectados son más de 5.000 personas de Puno, Arequipa y otras regiones del sur del país.

Una red de alto vuelo: los operadores de César Flores

En octubre de 2021, César Flores vendió el nombre jurídico Pro & Pro a su contador, Macario Aguirre Tapia, mientras su esposa, Idelma Liliana Rodríguez Molina, intentaba disuadir a los afectados de no denunciar el caso a cambio de promesas de pago que nunca se materializaron. La pareja buscaba lavar el dinero ilícito a través de testaferros y remesas al exterior, contando con la complicidad de una red de cómplices.

La Fiscalía contra el Crimen Organizado investiga a más de 30 personas vinculadas al caso, entre ellas Carlos Enrique Quilca Inquilla (ahora "Urquizo"), Adger Ronald Patricio Aguilar (efectivo policial en actividad) y Gary Jonnathan Pacsi Mamani, quien se distanció de Flores para establecer su propia red piramidal llamada "Gary Inversiones". Pacsi estafó a más de 5.000 personas por más de S/70 millones, contando con la complicidad de trabajadores del INPE.

El abogado Enrique Calmet Choque, quien había estudiado el caso de Flores desde antes, se involucró para ofrecer propuestas a los afectados, mostrando vínculos previos con diversos implicados, incluido Gary Pacsi. La red de estafadores tenía conexiones profundas, con jaladores reclutados en diversas instituciones y motivados a invertir en empresas ficticias como Pro & Pro y el Club C-40.

César Flores y su fuga a México

Tras fugarse a México, César Flores logró cumplir sus ambiciones financieras junto a su esposa y hermano. Los cómplices de la red piramidal también obtuvieron beneficios, adquiriendo autos, estableciendo negocios y comprando propiedades con el dinero defraudado.

A pesar del tiempo transcurrido, los afectados siguen exigiendo la captura internacional de los responsables, incluyendo parientes de jueces, fiscales y altos mandos policiales que se descubrió participaron como aportantes a la organización. El abogado Rogelio Valdivia asegura que la captura internacional de los implicados es factible, comparándolo con casos previos de captura de estafadores internacionales.

Sin embargo, hasta el momento sigue disfrutando del dinero que consiguieron a costa de los sueños de muchos peruanos.