“La primera vacuna”: descubre por qué la leche materna es el mejor regalo de vida para tu bebé

Amamantar no es solo alimentar: es entregar defensas, amor y salud desde el primer día de vida. La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses ofrece múltiples beneficios comprobados para el recién nacido, como la reducción del riesgo de obesidad, hipertensión, diabetes, leucemia infantil, mortalidad neonatal y el síndrome de muerte súbita del lactante.

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Una protección que ninguna fórmula puede igualar

Según Lourdes Lazo Álvarez, nutricionista del portal Salud en Casa, la leche materna contiene inmunoglobulinas, lactoferrina y factores antimicrobianos que blindan al bebé contra infecciones respiratorias y gastrointestinales. “No solo se adapta a sus necesidades nutricionales a medida que crece, sino que también le proporciona una protección inmunológica que ninguna fórmula infantil logra igualar”, afirma.

Los estudios también demuestran que los bebés amamantados presentan un mejor desarrollo neurológico y cognitivo. Esto se debe en parte a la presencia de DHA y ácido araquidónico, nutrientes fundamentales para la agudeza visual, el desarrollo cerebral y el mantenimiento de las vías neuronales.

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Pero no solo el bebé se beneficia. La madre también experimenta efectos positivos al amamantar, como la liberación de oxitocina —la llamada ‘hormona del amor’—, que refuerza el vínculo madre-hijo, facilita la producción de leche y disminuye el riesgo de depresión posparto y ansiedad.

A largo plazo, la lactancia reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y ovario. Esta poderosa conexión biológica y emocional convierte la lactancia en una herramienta de salud pública de alto impacto que merece apoyo y visibilidad.

Por ello, la especialista hace un llamado a la sociedad: “Debemos apoyar a las madres que amamantan, dándoles el tiempo, la información y el respaldo que necesitan para lograrlo con éxito”. La leche materna es, sin duda, el primer gran acto de amor y protección en la vida de un ser humano.