“¿Poseído o planificado?”: Perito en psicología forense viajará a Ayacucho para evaluar al asesino del balón de gas [VIDEO]

¿Creen su relato? Rafael Vilcatoma Arone, sujeto que asesinó a su compañero de trabajo con un balón de gas, hasta la fecha no ha mostrado culpa y mucho menos declaró ser el autor intelectual, pese a que las cámaras de seguridad de la distribuidora grabaron todos sus movimientos. Este sujeto será evaluado por un perito en psicología forense, según lo indicaron las autoridades de Ayacucho.

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La Policía Nacional del Perú, actualmente busca determinar si las respuestas que este hombre dio tras su captura son por presentar un problema mental o solo quiere atenuar la pena que le correspondería, ya que cometió el presunto delito de homicidio calificado, mismo que lo llevaría la cárcel de 12 a 15 años.

Como se recuerda, Vilcatoma, sorprendió a los efectivos al acusar a un ser imaginario del crimen y que en ningún momento tuvo conocimiento de lo que este iba a hacer. “Yo estuve trabajando allí, tranquilo, arreglando ahí, pero luego ya no era yo, Chucky. Yo no sé por qué le ha pegado, era Chucky, yo no he sido, estaba tranquilo”.

Para el jefe VIII Macroregión Policial Ayacucho, general Antero Mejía, todo habría sido producto de un ensañamiento, porque no hay otro móvil. “Esto es homicidio calificado, fue un ensañamiento. Según nuestro código penal estaría de 12 a 15 años en la cárcel, pero ahora hay que ver, no vaya a ser que este sea un enfermo mental, de alguna forma pueda ser que sea inefutable. Todo esto lo tendrá que ver la Fiscalía, los jueces”.

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Se sabe que, Rafael Vilcatoma Arone, fue entregado al Poder Judicial para que lleven a cabo las diligencias correspondientes, mientras tanto, la familia exige que se haga justicia, ya que deja a cinco hijos en la orfandad. Además, señalaron que con su trabajo sustentaba la economía de su hogar. “Trabajó en una panadería, minería y vendiendo gas, no merecía esto”, señaló una de sus hijas a América.

¿Qué pasó con el cuerpo de la víctima?

El cuerpo sin vida del adulto mayor fue trasladado en un ataúd a Lima, donde sus familiares y conocidos lo enterraran. Ellos nunca imaginaron volver a ver a su progenitor para darle el último adiós.