Primera prueba molecular peruana para detectar a la COVID-19 ya empezó a comercializarse
Proyecto impulsado por biólogos de la UNMSM ya es una realidad y solo pueden ser adquiridas por laboratorios, clínicas e instituciones públicas.
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En medio de malas noticias por la llegada de la segunda ola del COVID-19 y la presencia de su nueva variante inglesa, una buena noticia alienta a nuestro país, luego de que científicos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos confirmaran que la primera prueba molecular peruana para detectar al virus ya se fabrica y se comercializa en territorio nacional.
Dicho proyecto fue impulsado por los biólogos de la UNMSM Luis Saravia Cahuana, Milagros Zavaleta Apestegui y Aldo Flores Pérez, de la compañía BTS Consultores SAC, cuyo kit de descarte molecular CavBio obtuvo recientemente la autorización excepcional de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), del Ministerio de Salud, según pudo conocer La República.
Es así, que luego de 10 meses de investigación por parte de estos especialistas, esta primera prueba RT-PCR de bajo costo y de fabricación nacional ya puede ser comercializada durante el estado de emergencia sanitaria, siendo una noticia alentadora, ya que, de acuerdo al medio citado, solo el 25 % de pruebas aplicadas por el sector Salud en Perú son moleculares.
“Esto contribuye a que el Estado y los privados puedan acceder de manera más económica a un recurso necesario para el diagnóstico, el cual también podría agilizarse. Las pruebas pueden ser masivas”, detalló al diario la directora de investigación Milagros Zavaleta.
Además, señala que el proyecto tuvo el respaldo financiero del programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción, y el acompañamiento del Centro de Excelencia de la Universidad San Marcos.
Espera que los costos bajen
Por otro lado Zavaleta espera que el proyecto permita reducir los costos y tiempo de los usuarios del Estado y las empresas privadas. “La idea de disminuirlos es lograr que haya mayor disponibilidad. Esperamos y entendemos que con eso también habrá reducción en costos (para el público en general), pero eso dependerá de cada institución. No está a nuestro alcance regularlo”.
Asimismo, indicó que el sobrecosto que exigen los privados muchas veces es por el pago de personal, infraestructura, o equipamiento del centro. “Se debe buscar el equilibrio del privado, con las condiciones que pueda brindar el Estado, para que se puedan bajar los precios”, dijo.
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