Madre soltera fue asesinada a puñaladas por su hijo de 16 años [VIDEO]

Un violento crimen se registró en Puerto Rico, donde una madre de familia que sacó adelante a su hijo terminó siendo asesinada por el menor de 16 años, quien pasó unos días junto al cadáver en su vivienda, para luego dejarlo abandonado en un pastizal de la zona.

Jeanette Mojica Rivera, es el nombre de la enfermera de 34 años que fue víctima de su propio hijo en su casa ubicada en Canóvanas, Puerto Rico, donde recibió 6 cuchilladas de la mano del menor el pasado 27 de mayo.

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La mujer trabajaba en un laboratorio clínico del municipio y así lograba mantener al adolescente identificado como Francisco Xavier Torres Mojica, quien terminó arrebatándole la vida tras una fuerte discusión, donde ella le reclamó por su comportamiento y el tipo de personas con las que se estaba relacionando. 

Según los medios locales, fue el mismo Xavier quien contó a la policía que su madre le increpó por una relación con una mujer mayor. Luego él terminó golpeándola y cuando esta en el piso la atacó con un cuchillo de cocina, propinándole 6 cortes. 

El Vocero de Puerto Rico reportó que tras darle muerte, el menor se habría quedado en la casa al lado del cadáver. El lunes 27 de mayo, se fue a la playa en el auto de su madre y siguió de fiesta con varios de sus amigos. El arma del homicida está en manos de las autoridades, quienes continúan con las investigaciones.

Según se presume, el miércoles el olor del cadáver era insoportable, por ello el adolescente decidió amortajar el cuerpo con una sábana, la cargó hasta guagua Hyundai Tucson de su mamá y dispuso del cuerpo en la entrada del sector La Vega en el kilómetro 7.6 de la PR-185, a pasos de su hogar.

“Nos sorprendió... Nos sorprendió el hecho de que haya sido su hijo, ya que era una relación muy linda entre madre e hijo. Ella trabajaba para su hijo, ella se daba a su hijo. Ella estudió, se preparó y salió adelante para su hijo. Igual él con su mamá no quería cuenta. No sé qué pasó ahí, qué lo hizo llegar a estar donde está”, comentó una portavoz del laboratorio donde laboraba la joven madre. 

Las investigaciones de la policía revelaron que en varios oportunidades la madre usaba gafas oscuras para ocultar los golpes que había recibido en el rostro por parte de su hijo, por lo que la relación entre ambos era considerada como "una bomba de tiempo".

Pese a las marcas en su cuerpo y rostro, la madre nunca habría denunciado las agresiones y no logró controlar las violentas reacciones que, según las autoridades, eran cada vez más constantes hasta terminar en el asesinato.