¿Cómo es el proceso de canonización?

Hace unos días, el Papa Francisco I decretó que Juan Pablo II (Pontífice entre 1978 y 2005) y Juan XXIII (entre 1958 y 1963) sean canonizados.

¿Pero qué es la canonización? Es el acto mediante el cual la Iglesia Católica declara como santo a una persona fallecida debido a sus virtudes y milagros comprobados que realizó tras su muerte.

A partir de ello, las personas canonizadas entran al canon o también llamada lista oficial de santos de la Iglesia Católica, siendo venerados por la población. 

Proceso oficial

Una persona antes de ser canonizada debe:

1)  Tener el título de beato o beata. Aparte de la caridad y virtudes que mostró en su vida, necesita haber realizado un milagro después de su muerte.

2) Una vez beatificado, deberá darse un segundo milagro. Estos hechos extraordinarios tienen que ser verificados por los representantes de la Iglesia.

La canonización la realiza el Papa en la Basílica de San Pedro, en la Plaza de San Pedro del Vaticano o en el país de origen del beato a canonizar.

Al nuevo santo se le asigna un día de fiesta o veneración, por lo general, es el día de su muerte; además, las iglesias o santuarios ya pueden llevar su nombre.

En sus inicios 

Hasta el siglo V los santos eran elegidos y proclamados después de su muerte por decisión del pueblo, es decir, eran reconocidos santos sin procesos formales.

Para evitar abusos y malos entendidos entre los fieles y la Iglesia, los obispos tomaron la responsabilidad de canonizar.

Ulric de Ausburg fue declarado santo en la primera canonización aprobada por el Papa Juan XV el año 993.

En 1588, el Papa Sixto V puso el importante proceso de la canonización en manos de la Sagrada Congregación de Ritos.