Mónica Cabrejos: ¿Por qué a los hombres le gusta los mañaneros?

Todos los varones al despertar están siempre dispuestos y calientes para disfrutar de un buen momento de placer aunque esto implique llegar tarde al trabajo, soportar más tráfico, que los chicos lleguen tarde al colegio, escuchar los gritos del jefe o recibir un descuento en el salario. 

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Cada mañana, ellos despiertan listos, mientras que nosotras preferimos dedicar nuestros primeros pensamientos a cualquier cosa menos al sexo. 

Mientras que la mayoría de mujeres preferimos hacerlo en las noches, los varones prefieren hacerlo con los primeros rayos del sol. La razón es simple y sencilla: Los niveles de testosterona son más altos durante estas horas, razón por la cual es común que ellos despierten con la virilidad tensa y lujuriosa. Detalle sumamente sensual e incitante para cualquier mujer, salvo por el tiempo. 

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En una convivencia la contradicción en los horarios de las preferencias amatorias ocasiona problemas y a veces diferencias irreconciliables en la pareja porque las mañanas no son consideradas -femeninamente hablando- el mejor tiempo para el amor.

La rutina del día nos consume por costumbre, el tiempo es nuestro peor enemigo, los minutos transcurren más rápido por las mañanas y el tráfico es más intenso. Por tanto, el sexo no está en nuestro chip femenino pero sí en el de ellos, quienes antes de saber qué día es ya saben que tienen muchas ganas.  

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Me aventuré a hacer algunas averiguaciones sobre el famoso “mañanero”, y aunque no me siento tan cómoda con el horario diurno, tampoco despreciaría la virilidad de mi compañero en su máxima potencia a ninguna hora del día y más aún cuando hay tantos beneficios de por medio.  

Durante el acto del amor se liberan endorfinas (las hormonas de la felicidad) que mejoran notablemente el estado anímico y disminuyen los cuadros de estrés. También aumentan los niveles de estrógeno (en las mujeres), por tanto, beneficia al cabello y la piel dándole más brillo y mejorando su textura.

Es decir, que cuando ves llegar a una de tus amigas a la oficina algo retrasada, bastante sonriente y con un brillo especial ya sabes que tuvo un excelente despertar.  

Los besos juguetones, románticos e inquietos son siempre el mejor desayuno para cualquiera y la inmejorable antesala para el “placer am”. Aprovechen el domingo y descubran lo placentero que es el mañanero.