Mónica Cabrejos: Menos violencia y más orgasmos

Cada 25 de noviembre se conmemora el "Día de la Lucha por la Erradicación de la Violencia contra la Mujer", razón por la cual dedico esta columna a reflexionar en torno a todos los aspectos de esta lacra de la sociedad.

LEE MÁS: Mónica Cabrejos ofrece una guía para la mujer sin perjuicios ni tabúes¿Solo los hombres ejercen violencia contra las mujeres?En casos mediáticos de feminicidios y violencia física son los varones quienes atacan salvajemente a las mujeres. Sin embargo, muchas veces somos las mismas mujeres quienes también violentamos a otras mujeres; por ejemplo, cada vez que una mujer se valida frente a otra con su maternidad exhibiéndola como virtud de género y máximo logro, termina maltratando psicológicamente a otra mujer. Indicando superioridad por el hecho de ser madre. Cuando se juzga (con calificativos despectivos como candy, zorra, forajida, etc.) de manera prejuiciosa solo por la primera impresión que da la ropa o alguna conducta, también se maltrata. Cuando le dices gorda, “tía”, vieja o fea para disminuir el atractivo de otra mujer, también estás ejerciendo violencia verbal. Sin importar cuál sea la elección de vida de cada mujer, al insultarla, reducirla o juzgarla estás violentando el valor más preciado de cada ser: la autoestima.¿Quién es el verdadero enemigo de una mujer?Cuando una mujer se limita a sí misma en su espacio de realización personal, se autoimpone barreras y calla por temor a la ira social, entonces decimos que se está autoviolentando. Cuando acepta con sumisión absoluta los designios de otros sin siquiera cuestionarlos o confrontarlos con sus propias necesidades se está autocastigando. La forma más cruel de castración mental es convencerse a sí misma de que hay cosas que no podemos hacer –no por falta de capacidad– por ser mujeres. Nuestro principal enemigo social es el machismo, convertirnos en cómplices silenciosas y entes pasivos del verdadero maltrato es inaceptable.¿Ellos nos tienen que respetar porque somos mujeres?No, ellos no nos tienen que respetar por ser mujeres como su madre, abuela, hermanas o hijas. El respeto es inherente a la persona. Tanto hombres como mujeres nos debemos respeto independientemente del sexo; esa es razón suficiente para ser tratadas con respeto, libertad y tener igualdad de oportunidades. Merecemos un trato igualitario, no queremos privilegios.No te sumes al maltrato ni a la violencia psicológica. Debemos aprender a respetar la libertad de elección de cada mujer, pues disminuirla no te hace más valiosa, sino más bien te convierte en tu propio verdugo. No más violencia ni física ni psicológica.Las mujeres queremos menos golpes y más orgasmos.