La otra historia de los mundiales: ¡Esto es un escándalo!

El fútbol de los mundiales ha estado envuelto muchas veces en una serie de escándalos que ensuciaron el juego limpio y que hasta hoy muchos de estos son un misterio aún sin resolver.

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El fútbol de los mundiales ha estado envuelto muchas veces en una serie de escándalos que ensuciaron el juego limpio y que hasta hoy muchos de estos son un misterio aún sin resolver.

EL GOL FANTASMA 

Inglaterra ‘66. La final Alemania vs. Inglaterra había terminado 2-2 en los 90 minutos y hubo que recurrir a la prórroga para encontrar al campeón. Cuando recién se habían cumplido ocho minutos del alargue, el inglés Geoff Hurst remató y el disparo pegó en el travesaño. La pelota picó afuera para unos y adentro para otro. El árbitro Dienst (de Suiza) dudó en convalidar el tanto. Se acercó a su asistente y entre los dos decidieron darle el gol al local. Ese fue el 3 a 2 que terminó descolocando a Alemania y lo que permitió el 4 a 2 final, con el que Inglaterra se quedó con la Copa. Con el paso del tiempo, 33 años después, el propio Hurst en su biografía reconoció que la pelota no había entrado. 

LA MANO DE D1OS 

México ‘86. Tras el primer tiempo del Argentina vs. Inglaterra el partido aún estaba empatado. Maradona comenzaba a desequilibrar el encuentro y, cuando corría el minuto 6 del segundo tiempo, llegó una de las jugadas más polémicas en la historia de los mundiales: Diego tomó el balón fuera del área y con la pierna izquierda se lo pasó, entre varios defensas ingleses, a su compañero Jorge Valdano, quien intentó llevarlo, pero el esférico fue interceptado y lanzado atrás y arriba, en su afán por despejar, por el defensor Steve Hodge. 

El “Pelusa” fue en búsqueda de la pelota a la par del guardameta Shilton, 20 centímetros más alto que él. El puño del jugador argentino, cercano a su cabeza, golpeó antes el balón, que rodó hacia el arco. Maradona comenzó a festejar, mirando de reojo al árbitro y al juez de línea, y se relajó cuando el gol fue convalidado.

UN JUEGO PACTADO 

España ‘82. Alemania se jugaba su pase a la segunda fase en un duelo directo con Austria. El 1-0 clasificaba a ambos tras la victoria, el día anterior, de Argelia sobre Chile por 3-2, y así finalizó el partido. Un manual de lo que debe ser un engaño en toda regla en la decisiva tercera jornada. Diez minutos duró el partido, el tiempo que Hrubesch tardó en anotar para Alemania. Punto final al encuentro y principio de un escándalo que duró 80 minutos. Los 22 jugadores se dedicaron a marear el balón, sin traspasar la medular. “Que se besen, que se besen”, gritaban indignados los espectadores de las cuatro tribunas.  

LOS DESAPARECIDOS 

Chile ‘62. El 2 de junio se vivió un episodio lamentable. Juegan el anfitrión e Italia en lo que se conoce hasta hoy como la Batalla de Santiago. Ambos bandos se golpearon hasta cansarse. El encuentro fue transmitido en diferido y la BBC de Londres lo presentó así: “Buenas noches. El partido que usted está por ver es la exhibición más estúpida, horrorosa, desagradable y vergonzosa, posiblemente, en toda la historia del juego”. Al final la victoria fue 2-0 para los locales, pero el colegiado inglés Ken Aston valoró: “No arbitré un partido de futbol, actué como el juez en maniobras militares”.

EL ÁRBITRO 

Corea-Japón 2002. Corea del Sur rompió los pronósticos y se metió en las semifinales, pero en su camino se presentaron tres acciones nebulosas. En octavos de final las dudas comenzarían a surgir cuando los asiáticos vencieron a Italia 2-1 con gol de oro en un arbitraje “parciali­zado”. Pero la cereza de la torta llegó en los cuartos de final ante España. El árbitro egipcio Gamal al Gahndour anuló goles legítimos de la “Furia”. 

EL DATO

Argentina ‘78. El local necesitaba 4 goles ante Perú para poder jugar la final ante Holanda. No solo marcó 4 sino 6. Desde entonces se dice que el partido estuvo arreglado políticamente y que una semanas después llegaron 35.000 toneladas de trigo al Perú.

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