Ni una menos: Ex pareja de Milagros Rumiche sí quiso matarla

Joel Robles 

Fotos: Jenny Valdivia

Carlos Feijoo Mogollón no solo masacró a su ex pareja Milagros Rumiche Saavedra, sino que la estranguló con la intención de matarla hasta el punto de desmayarla y causarle severas lesiones en el cuello.

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Así lo advirtieron los médicos forenses del Ministerio de Justicia que acudieron ayer para evaluarla en el hospital Hipólito Unanue, en El Agustino. Eso será plasmado en el informe que emitirán. 

“Tiene fracturas graves cerca de la nariz y evidencias de estrangulamiento. Hemos advertido que hay hemorragia interna y se ha pedido una resonancia magnética”, señaló el doctor Carlos Gallegos, director distrital de Defensa Pública y Acceso a la Justicia.

RESONANCIA ES CLAVE 

Para los médicos, esta prueba es clave en el proceso que se sigue contra Feijoo Mogollón, pues permitirá determinar las verdaderas intenciones del sereno, así como reforzar la denuncia que hizo la fiscalía por tentativa de feminicidio en agravio de Milagros Rumiche.  

“Para nosotros hay evidencias de que el sereno ha querido matarla y ha creído que lo había cumplido. Por eso estamos haciendo estas pericias para reforzar la figura del feminicidio y que se obtenga una condena mayor”, agregó.

ESCANDALOSO HALLAZGO

El hallazgo contrasta con lo emitido hace casi una semana en Tumbes por la médico legista Joyce Lama Agurto, quien determinó solo cuatro días de internamiento y 15 de descanso médico. “Las lesiones de estrangulamiento manual y herida en el pie izquierdo por espina no han sido descritas en Tumbes”, cuestionó José Díaz Bendivel, médico forense del Minjus. 

“CREYÓ QUE ME HABÍA MATADO” 

La evidencia hallada por los forenses coindice con la versión dada por Milagros Rumiche, quien señaló que cuando despertó se vio cubierta con arena y ramas. “Me ahorcó y cuando desperté estaba cubierta, creyó que me había matado”.  

“Miré si estaba ahí, estaba sola, me levanté, me limpié con mi polo y salí a la pista. Alcancé a ver una camioneta de la comisaría, he caminado y corrido, hasta que llegué y pedí ayuda, todas mis manos y pantalón estaban de sangre”.  “Espero que la gente me ayude, no estoy bien, mi hijo de dos años necesita todo de mí, él no está conmigo, quisiera que me ayuden todos. Quiero que lo cojan y que pague por todo lo que me hizo”, imploró a duras penas.