Cadete de la Escuela Naval del Perú: Me electrocutaban

Un grupo de oficiales de la Escuela Naval del Perú (ESNA) habría torturado con electricidad a un ex cadete de dicha institución hasta dejarlo al borde la muerte.El principal denunciante es Rolf Gerd Aliaga Radenovich, ex cadete que afirma haber recibido estos castigos por ocho meses en el 2010.

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Rolf Aliaga contó, al lado de su padre, pesadilla que le tocó vivir.
Rolf Aliaga contó, al lado de su padre, pesadilla que le tocó vivir.

Por: Rosario Aronés Cánova

Un grupo de oficiales de la Escuela Naval del Perú (ESNA) habría torturado con electricidad a un ex cadete de dicha institución hasta dejarlo al borde la muerte.El principal denunciante es Rolf Gerd Aliaga Radenovich, ex cadete que afirma haber recibido estos castigos por ocho meses en el 2010.

Aliaga postuló a la Marina en enero de ese año. Soñaba con ser marino, pero su aventura se transformó pronto en pesadilla. Al inicio, pensó que todo era parte de la instrucción militar.

“Desde que entré el trato era humillante. Me hacían comer heces de paloma;  echaban agua, me hacían trapear y luego me hacían chupar todo lo que limpiaba y ellos se reían”, refiere.

Incluso, recuerda, una vez le rompieron un hueso. “La alférez Milagros Aliaga Vidal me dio cachetadas, luego vino otro que me lanzó a la piscina. Al salir me golpearon hasta hacerme retorcer de dolor. Esa vez me rompieron el fémur”, relata.

SEÑALA VENGANZA

El joven advierte que los castigos se extremaron cuando acusó a uno de sus agresores. “Un día Pavel Carrillo me golpeó hasta dejarme inconsciente. En la noche escupía sangre, me llevan de emergencia a enfermería y señalé a Pavel Carrillo, quien fue expulsado. Sus amigos y compañeros tomaron represalias”, indica.

Ahí comenzaron las torturas con corriente. Señala que en tres ocasiones el teniente Julio Pino Huamán lo obligó a colocar la llave de su ropero al tomacorriente. La electricidad lo arrojó con fuerza al suelo, ante las burlas del mal efectivo.

Sus superiores parecían esperar el menor error para ensañarse con él. Cuando Aliaga no recordó el nombre del oficial Óscar Guerra Parra, este lo habría conminado a colocar una mano en la lavadora y la otra en el tomacorriente. Esto hizo que convulsionara en el piso.

Rolf confiesa que no puede dormir por todo lo que le tocó vivir cuando era aspirante a cadete de la Marina.

Tiene pesadillas todas las noches, toma pastillas y está con tratamiento sicológico.   

Padre quiere verlos presos

La denuncia fue presentada por el padre de Rolf, Carlos Aliaga, quien advierte que no descansará hasta ver en la cárcel a los que le hicieron daño a su hijo y le frustraron el sueño de servir a su patria. “Incluso lo incomunicaron cuando hice la denuncia”, dijo.

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