Ver porno “mata” al orgasmo real, según un estudio

¡Atención! Un reciente estudio acaba de hacer una revelación que sorprenderá a muchos. ¿De qué se trata? Según lo investigado, el ver pornografía mataría al orgasmo real. ¿Por qué? Todo esto se debería a la dopamina. 

Según un artículo de la revista The Conversation, el ver estas situaciones podría perjudicar los momentos íntimos con tu pareja y la calidad de los orgamos. Si bien apenas se comienzan a revelar las repercusiones neurológicas, “la salud mental y la vida sexual de sus espectadores están sufriendo efectos catastróficos: de la depresión a la disfunción eréctil”. 

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En la exploración que realizó Rachel Anne Barr, investigadora de la Universidad Laval en Canadá, para este medio, la investigadora sostiene que los videos pornográficos serían un detonante poderoso para la plasticidad, la capacidad del cerebro de cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia. 

Asimismo, se afirma que, a largo plazo, las filmaciones condicionadas pueden “causar disfunciones sexuales, especialmente la incapacidad de lograr la erección o el orgasmo con una pareja real”. Según Barr, “La calidad matrimonial y el compromiso con la pareja también parecerían estar afectados”.

¿Por qué se daría este hecho? Porque el cerebro responde a la estimulación sexual con la elaboración de dopamina. Este neurotransmisor, asociado con el sistema de recompensas y el placer, también está vinculado con los recuerdos y la información en el cerebro. Esto significa que cuando el cuerpo exige algo, como comida o sexo, el cerebro recuerda dónde volver para experimentar este mismo placer. 

"En lugar de recurrir a una pareja romántica para la satisfacción sexual, los usuarios de pornografía instintivamente se dirigen a sus teléfonos y laptops cuando el deseo los viene llamando", advierte Barr. Y refuerza esta idea al sostener que “las escenas pornográficas, al igual que las sustancias adictivas, son hiperestimulantes y llevan a niveles anormalmente altos de secreción de dopamina”. 

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Como consecuencia, se puede llegar a dañar el sistema de recompensa de la dopamina y dejarla sin respuesta a las fuentes naturales de placer, por lo que los usuarios comienzan a experimentar dificultades para lograr la excitación con una pareja física.