El origen de las especies

La teoría de la evolución que postuló el científico naturalista Charles Darwin generó un enorme impacto en el pensamiento de la comunidad científica sobre cómo se originaron las especies en el mundo.

Actualmente su postulación es una de las más aceptadas y respetadas. A continuación sus principales argumentos fueron:

1) Las especies vivas no tienen una existencia fija ni estática, se encuentran en cambio y lucha constante para “sobrevivir” en su hábitat.

2) Los organismos que menos se “adaptan” a un ambiente desaparecen (especies extinguidas). A su vez las especies que mejor se “adaptan” se reproducen y evolucionan.

3) El desarrollo y evolución de una especie requiere de un enorme periodo de tiempo, tan largo que en una vida humana no se pueden apreciar estos fenómenos. (Ejemplo: el mamut se exintiguió y dio paso al elefante)

4) Las variaciones genéticas que producen la supervivencia de una especie no son provocadas por Dios (como sostiene la teoría creacionista).

5) Pese a que todos los individuos de cada especie son capaces de crear más descendencia, la cantidad de una especie con el paso del tiempo es la misma si las condiciones no varían. Esto porque no todos pueden sobrevivir para poder “reproducirse”.

Ya que los individuos de cada especie no son todos iguales, algunos tienen más probabilidad de sobrevivir que otros. Ejemplo: un ratón a diferencia de otro puede ser comido por un depredador, no encontrar pareja, tener un mal genético, no conseguir alimento o no encontrar un lugar para criar.