El primer signo de cáncer de esófago que su médico ignoró: historia de un hombre de 40 años

Tras superar un divorcio y recuperar hábitos saludables, Mark Sevillano Jr., de 40 años, empezó a notar dificultad para tragar alimentos. Al principio lo atribuyó a algo menor, pero con el tiempo incluso los líquidos se quedaban atascados en su garganta. A pesar de insistir en una prueba de deglución, su médico no mostró preocupación debido a su edad y ausencia de antecedentes familiares. Con el avance de los síntomas, Mark terminó en urgencias, donde finalmente se detectó una masa en la parte inferior del esófago.

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Un síntoma ignorado que cambió su vida

Antes de confirmar el cáncer, Mark sufrió una grave infección que derivó en sepsis y puso su vida en riesgo. Superada la crisis, en junio de 2024 recibió el diagnóstico de cáncer de esófago en etapa 2. El tratamiento incluyó quimioterapia para reducir el tumor, seguida de una compleja esofagectomía en la que le extirparon gran parte del órgano y reemplazaron la sección afectada con parte de su intestino. Aunque la recuperación fue dolorosa, celebró seis meses sin evidencia de enfermedad.

Cáncer gastrointestinal en jóvenes: una tendencia preocupante

El caso de Mark refleja una creciente incidencia de cánceres gastrointestinales —colorrectal, de páncreas, de estómago y de esófago— en personas menores de 50 años. Investigaciones recientes sugieren que factores como obesidad, mala alimentación, sedentarismo, tabaco y alcohol, junto con predisposiciones genéticas, influyen en este aumento. La ausencia de pruebas de detección para la mayoría de estos cánceres dificulta el diagnóstico temprano.

Un llamado a no minimizar síntomas

Expertos señalan que los médicos suelen pasar por alto estas enfermedades en jóvenes por considerar improbables los cánceres gastrointestinales en este grupo. Esto provoca diagnósticos en etapas avanzadas y, posiblemente, peores pronósticos. En algunos casos, estos tumores pueden tener un comportamiento biológico más agresivo que en pacientes de mayor edad.

A pesar de estar libre de cáncer, Mark sigue enfrentando dificultades para mantener su peso y fuerza debido a su capacidad reducida para ingerir alimentos. Su dieta se basa en pequeñas porciones repartidas durante el día. Sabe que su recuperación total tomará años, pero se mantiene enfocado en recuperar su salud física.

Mark insta a no ignorar señales de alerta y a buscar una segunda opinión médica cuando sea necesario. Reconoce que su experiencia ha fortalecido su resiliencia y desea inspirar a otros con su actitud positiva. “Amo la vida y mi espíritu no está quebrantado”, afirma, decidido a vivir plenamente tras superar la enfermedad.