Papa Francisco oficia la misa EN VIVO por Domingo de Ramos: "Tengamos ojos y corazón para los abandonados"

El Papa Francisco ofició la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro del Vaticano ante los ojos de miles de fieles, a un día de haber salido de alta del hospital por una bronquitis. Con un largo abrigo y con voz aún ronca mencionó el "dolor extremo" que viene pasando el mundo así como el "gran vacío o abandono" que sienten las personas o pueblos hoy en día.

Este 2 de abril se celebra el Domingo de Ramos, donde se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, exactamente una semana antes de su Resurrección, cuando la multitud de sus fieles lo recibió con hojas de palma. Este día marca el final de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa. Se suele llamar también Domingo de Pasión.

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Papa Francisco oficia la misa de Domingo de Ramos

“Pueblos enteros son explotados y abandonados, los pobres viven en nuestras calles y miramos a otro lado. Los migrantes ya no son rostros, sino números, los prisioneros son desheredados, la gente es descartada como problemas”, dijo Francisco en su discurso de 15 minutos, pese a la ronquera por la bronquitis que tuvo.

El Sumo Pontífice de 86 años recibió antibióticos por vía intravenosa durante los tres días que estuvo en el hospital y apareció públicamente el pasado miércoles en la Plaza San Pedro, antes de ser internado en Gemelli de Roma tras sentirse mal ese mismo día. Francisco hoy Domingo de Ramos llevaba una palma trenzada en la mano.

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Papa Francisco reflexiono sobre la injusticia y el abandono en el mundo

Antes de iniciar su discurso, fue visto ocupando su lugar en el papamóvil, mientras cardenales, prelados y fieles hacían una procesión con ramas de oliva o palmas. En la misa mencionó a “niños que se ven rechazados o abortados”, matrimonios fallidos y “formas de exclusión social, injusticia y opresión (y) la soledad de la enfermedad”.

El papa Francisco también se refirió a los “jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor” y que “no encuentran otro camino que el suicidio”. El argentino finalizó su discurso recordando a un hombre alemán sin casa que murió “solo, abandonado” bajo la columnata que rodea la Plaza de San Pedro, donde a menudo duermen personas sin hogar.