Esposa de militar ucraniano fue violada por soldados rusos: "Me doy asco. No tengo ganas de vivir" [FOTO]

Elena, nombre modificado, ha confesado con voz quebrada que dos soldados rusos la violaron por horas al enterarse de que era la esposa de un militar ucraniano luego de que Rusia invadiera su territorio el pasado jueves 24 de febrero en la madrugada.

En una entrevista con la AFP, cuenta que su esposo fue enviado al frente y ella se quedó sola por lo que decidió abandonar su casa e ir a Zaporiyia, una ciudad a la que llegan miles de desplazados a diario tras desatado el conflicto bélico con Rusia.

Sin embargo, no encontró un vehículo en el cual pudiera llevar todas sus cosas, es así que sucedió la tragedia la tarde del 3 de abril. “Hacia las 15H00 fui a un almacén. Mientras hacía la fila, entraron militares rusos y empezaron a discutir con los clientes”, dice.

“No entendía de qué hablaban, pero me di cuenta que uno de los habitantes me señalaba con el dedo diciendo ‘es una banderovka’”, recuerda Elena. “‘Es por gente como ella que estalló esta guerra. Es la mujer de un militar’”, agregó el hombre, según Elena.

Al oír esas palabras quedó helada y tuvo que ir corriendo a su casa, sin embargo, estos fueron tras de ella e ingresaron. “Vi que me observaban cuando salí rápidamente de la tienda. Apenas alcancé a llegar a casa cuando los dos soldados rusos entraron por la puerta detrás de mí. No tuve tiempo de tomar el teléfono para pedir ayuda ni de hacer nada”, dice.

“Sin una palabra me empujaron sobre la cama, me colocaron una ametralladora encima y me desvistieron”, relata la joven antes de estallar en lágrimas. “Casi no hablaban, además de tratarme a veces de ‘banderovka’ o decirse entre ellos ‘es tu turno’.”, narra con la voz entrecortada.

“Soy partera, me hice las primeras curaciones yo misma”, explica. “Encontraré todo lo que necesito una vez que llegue a mi destino. Solo quiero reencontrarme con mis hijos”, agrega. Finalmente, al ser consultada sobre su estado físico y psicológico, comienza a llorar nuevamente: “Me doy asco. No tengo más ganas de vivir”.