Rebrote de covid en China pone en confinamiento a más de 36 millones de personas, como hace dos años

Las escenas que se sucedían hace dos años en China, en el periodo más duro de la pandemia, han vuelto a algunas grandes urbes del gigante asiático. Y es que millones de ciudadanos chinos se enfrentan ahora a severos confinamientos tras repunte de los casos COVID-19.

Según la agencia británica BBC, entre las zonas afectadas por las nuevas medidas se encuentran el centro tecnológico Shenzhen y la megaurbe de Shanghái. Incluso, grandes multinacionales han suspendido sus operaciones a medida que China amplía las zonas confinadas.

Si bien China se muestra comprometida con la eliminación de COVID-19, hay señales de que los funcionarios y expertos de salud del país están considerando cómo pueden salir del enfoque y vivir con el virus como endémico.

China informó este martes un récord de más de 5 mil casos, la mayoría en la provincia de Jilin, lo que ha llevado a las autoridades a cerrar por completo la región. Los 24 millones de personas de esta provincia nororiental permanecen en cuarentena.

Es la primera vez que China restringe una provincia entera desde el cierre de Wuhan y Hebei al comienzo de la pandemia. En Shanghái, todas las escuelas están cerradas, los niños regresaron a las clases virtuales y cada vez más personas hacen teletrabajo.

Todo esto forma parte del esfuerzo de China para mantener la estrategia de “covid cero”, con el objetivo de distribuir vacunas de producción china. Sin embargo, ese objetivo está siendo significativamente socavado por la variante ómicron.

China aprobó la píldora antiviral Paxlovid desarrollada por Pfizer el mes pasado, una medida que muchos ven como evidencia de esa planificación.

La introducción de pruebas rápidas de antígenos también puede ser una señal, ya que otros países cambiaron el uso de pruebas en casa cuando sus sistemas de pruebas de laboratorio se vieron abrumados por la circulación más amplia del virus.

Cualquier cambio será lento y es poco probable que ocurra antes de 2023, dada la necesidad de estabilidad en un año políticamente importante para el presidente de China, Xi Jinping, dijeron a Bloomberg personas familiarizadas al régimen chino.