Beto Ortiz: "Es fácil decir ‘Quédate en casa’ cuando tienes la refrigeradora llena"

No se calló nada. Tras dos semanas en un hotel, Beto Ortiz regresó a casa después de acatar la cuarentena impuesta por el Gobierno, y no dudó en brindar detalles de cómo vivió el aislamiento, y hacer una importante reflexión sobre la situación en Perú tras la llegada del coronavirus.

"No estuve en cuarentena, sino en aislamiento. La comida la dejaban en la puerta, tendía mi cama, limpiaba el baño. No veía absolutamente a nadie. Caminaba alrededor de la cama y llegaba a recorrer tres kilómetros", dijo en conversación con un diario local.

A continuación, reprochó nuevamente a algunos usuarios de redes sociales por discriminar a personas que tienen COVID-19. "No se puede creer ni la mitad de lo que se publica", dijo inicialmente.

"Las personas escriben sus propias paranoias, chismes y mitos. Su nivel de crueldad va directamente proporcional a su ociosidad. En situaciones límites caen sus máscaras y muestran su verdadera esencia", agregó.

Asimismo, no dudó en hablar de cómo ha encontrado a los peruanos en plena crisis. "Encontré gente muy solidaria, generosa, leal y también que son una m… Vivo en Miraflores y veo esas personas infelices, pero también a quienes llevan comida o refresco a militares y policías", señaló.

"Es fácil decirle a la gente: ‘Quédense en su casa’ cuando tienes la refrigeradora llena. Hay personas que salen a cazar palomas a la puerta de su casa. El gran debate es entre la salud o la economía. La única solución es la solidaridad: donde come uno, comen dos. Si tenemos más hay que compartir", reflexionó.

"Hay que entender que no se puede comprar tantas planchas de papel, porque es imposible cag… tanto. No es un mensaje del ‘papa Beto’, sino pregunto: ‘¿Qué gano acumulando?’", añadió.

Finalmente, soltó una curiosa frase para hablar de la forma en que algunas personas lidian con este tipo de situaciones. "Hoy no funciona el ‘tengo plata y me voy a Miami’. Esto es un naufragio y el primero que se ahoga es quien se pone nervioso. Toda vida vale por igual", precisó.