Ernesto Salazar, ex 'Jotita', se las busca en otras canchas: “Tengo una nueva expectativa”
El que fuera defensa del equipo de Jota Jota Oré vive en España. En Lima tuvo un centro de alto rendimiento y también estudió para ser barbero.
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De los jugadores más aplicados de los Jotitas que dirigía Jota Jota Oré y que no solo hizo historia en el Sudamericano de Ecuador, sino en el Mundial de Corea del Sur 2007, se puede mencionar a Ernesto Salazar. Muchos van a recordarlo si les decimos que su apelativo era Ruso y que jugaba de defensa, junto a Luis Trujillo y Néstor Duarte, entre otros. Hizo carrera, pero muy joven, apenas a los 28 años, decidió colgar los chimpunes y poner un negocio.
Hoy, con 32 años, vive en España y, ya de forma definitiva, quiere labrarse un futuro fuera de las canchas, mientras recuerda sus mejores momentos con la pelota.
—¿Qué te motivó a retirarse del fútbol tan joven?
—Ya no tenía el mismo interés de entrenar y entonces dije que era el momento de poner adelante mi proyecto de Centro de Alto Rendimiento. Comencé a preparar chicos y les abrí la puerta para que tengan pruebas en un equipo de Primera.
—Pero lo dejaste todo y te fuiste a radicar a España, ¿qué pasó?
—Fue una decisión drástica, pero fue un tema personal y familiar. La tomé porque estuve decidido a cambiar de experiencia, de hábitos y de muchas cosas. Para mí no es nada fácil lo que estoy pasando...
—¿Tienes intención a largo plazo de quedarte en ese país?
—Esa es la intención, pero uno no sabe qué puede pasar después. Uno tiene que hacer de todo aquí.
—Hay quienes dicen que te fuiste agobiado por algunos problemas judiciales...
—La gente puede decir muchas cosas, porque no me conocen, no saben las cosas que he sufrido y pasado. Solo mi familia sabe de las cosas. Muchos se preguntan qué pasó con el Ruso, pero el tema personal no tiene que ver con lo público. Hay programas que viven del escándalo, pero no caí en su juego...
—Apareciste como un mal padre por no preocuparte de tu hija...
— Sí, pero son temas personales que es mejor no tocar.
—Cambiando de tema, ¿no has pensado en volver a lo que apasiona, la barbería, allá en España?
— Quién sabe que sí... Estudié barbería y pensaba desarrollarme después de mi retiro, pero pasaron algunas cosas y tengo una nueva expectativa de vida. No estoy contento ahora, pero estoy luchando por una mejoría.
Generación DE ORO
— Tú fuiste parte de la generación de los Jotitas, ¿qué pasó, muchos jugadores se perdieron en el tiempo?
— Muchas cosas no han sido fáciles. Hay motivos y circunstancias, no es que se perdieron los Jotitas de la nada, son cosas que se dieron y ya.
—Pero hay algunos que siguen sacando cara por esa generación.
—Mira, está Pedro Gallese, que es parte de la promoción, era el suplente de Eder (Hermoza), pero nos está representando en el mundo a nivel de selección. También menciono a Irven Avila en Cristal, a Luis Trujillo en UTC, quienes representan a la historia que quisimos hacer en su momento.
—Manco fue el abanderado de esa generación y ya no está tampoco.
—Hay una historia que quizás muchos no conozcan, él tuvo la posibilidad de no ser parte de este proceso. Él estaba en Alianza y nos comentó que lo habían llamado de la selección de Venezuela (también tiene esa nacionalidad), pero nosotros sabíamos que era muy importante para la selección y se habló con el profesor Jota Jota Oré, que no lo conocía, y lo convocó para una prueba entre equipo A y B, y la rompió y se quedó.
RUSO Y COLORADO
—¿Cómo nace tu apelativo de Ruso?
—Había un profesor que pertenecía a la academia de Alianza en Ventanilla, él me vio en la pista y me dice que tenía condiciones para jugar fútbol y me considera en su equipo. Yo tenía quince años y era totalmente rubio y el director de la academia le dice al técnico: “Hey, de dónde me has traído a este ruso”, y desde aquel entonces nace el apodo.
—¿Y en el colegio y en tu barrio, ¿cómo te decían...?
— Mi apelativo era Colorado.
—¿Qué es lo que más te gustaba en tu etapa escolar?
—Salir del colegio e irme a entrenar a Alianza Lima. Nosotros estudiamos en el Saco Oliveros de La Victoria, estaba con Paolo Hurtado, Jairo Hernández, entre otros. Era una base de Alianza de la categoría 90.
— No tuviste la oportunidad de debutar en primera en Alianza, ¿qué pasó?
—Mira, cuando estuve en Alianza con Miguel Angel Arrué estuve a punto de debutar, porque siempre estaba en la banca. Pero hay que ser realista, había mucha gente de peso, como Juan Jayo, Ciurlizza, Koki Molina y Paolo de la Haza, no como ahora que se ha convertido más fácil debutar.
— ¿Lo dices por la bolsa de minutos?
—No solo es ese tema ni la reserva, sino que antes se jugaba por talento y no por obligación de las bases. Mira, Reimond Manco debutó a los 16 años en Alianza Lima dirigido por Pelusso ante Alianza Atlético, porque era un chico con grandes condiciones.
—La Bocana fue el equipo que hizo posible el salto en Primera, ¿no?
—Sí, con el profesor Atoche, pero cuando llegó Miguel Miranda, que en paz descanse, llegó con toda su gente y cambió todo. También estuve, entre otros, en Unión Huaral de Pedrito Ruiz, que es un gran ser humano que sabe tratar a los jugadores y tuve la ocasión de actuar en la Copa Perú.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.