Mauriño Mendoza habla de sus tristezas y alegrías en el fútbol: “Trabajé como carpintero y comí carne de caballo”

El ex guardameta trabajó con su hermano José y Caíco, quienes fallecieron en el Fokker. Tras pasar duros momentos, alcanzó la gloria con Cienciano.

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Mendoza nos cuenta sus grandes experiencias en el fútbol peruano.
Mendoza nos cuenta sus grandes experiencias en el fútbol peruano.

Nacido en Chincha, cuna de campeones, Mauriño Mendoza siguió la huella de su padre y de su hermano José para cuadrarse bajo los tres maderos y forjar su carrera, en la que, tras pasar momentos complicados y tristes, saboreó la miel del éxito con Cienciano. El ex golero hace un repaso por su trayectoria y nos habla de su presente.

— ¿Siempre fue arquero?
—Jugaba de back en el Deportivo San José, equipo de mi barrio en Chincha, hasta los 15 años. Un día, el arquero titular no vino y el profesor Juan Tristán me dijo, “tu papá fue arquero, tu hermano es arquero, ¿qué haces en la defensa?”. Como central tenía gol, no como el Loco Valera, que todo lo reventaba, ja,ja,ja...

—El arco viene de herencia.
—Sí, mi hermano José fue arquero del Mayta Cápac de Chincha, que jugó la finalísima de la Copa Perú en 1981, y mi papá era el técnico.

—¿Siempre quiso ser futbolista?
—Al terminar el colegio quise ser Policía de Investigaciones del Perú (PIP), pero no se pudo por temas económicos, y me puse a trabajar en una carpintería.

—¿Y cómo se dio lo del fútbol?
—En 1984, mi hermano Orlando Mendoza, que jugaba como lateral izquierdo en Cristal, me llevó a pasar una prueba. Ahí estaban Valdettaro, Miranda y otros arqueros. No tuve chance de quedarme. El 85 estuve entrenando en Alianza con mi hermano José, Caíco Gonzales Ganoza y Calero. Junto a varios juveniles, fui a préstamo a Junín, así empecé en el fútbol.

—Tras la tragedia del Fokker, en la que falleció su hermano, surgió lo de Alianza Lima.
—El 87 estaba en CNI, cuando sucedió la tragedia fue un momento difícil para mi familia y Alianza. En Alianza no tuve regularidad y el 94 surgió lo de Cienciano. campeón con el papá.

—En Cienciano no todo fue todo color de rosas al principio.
—El 94 salvamos de la baja con Freddy Ternero, en la última fecha, en Cerro de Pasco, al empatar.

—¿Qué duro fue esa época?
—Hubo problemas económicos el 96 y 97. Teníamos que ir a almorzar al mercado de San Pedro, de Cusco, y llevar para nuestra cena. En esos años se formó una base para lo que vendría después.

-¿Qué recuerda de esa campaña del 2001, en la que Cienciano, por primera vez, clasifica a la Copa Libertadores?
—Empezamos mal y en el Clausura, con el Viejo Jurado, cambiamos de chip. Fuimos imbatibles en Cusco y ganamos el Clausura al vencer a Estudiantes de Medicina, en un partido extra, en Arequipa.

— ¿Qué siente haber integrado aquel plantel de Cienciano, que ganó la Copa Sudamericana?
—Un gran logro por todo lo que me costó. El fútbol me dio grandes satisfacciones, pero también tristezas, como la pérdida de mi hermano José y de mi papá, que el 95 murió de un infarto en la cancha, y también la de mi otro hermano, Luis Carlos, quien era seguridad en una cancha, y fue asesinado.

—¿Le quedó algo pendiente?
—Llegar a la selección, hice todo como para estar, pero no se dio.

— ¿Usted también comía carne de caballo como su primo Andrés Mendoza?
—Andrés es mi primo hermano, él también salió del Deportivo San José. Mi tío Andrés preparaba el caballo en adobo, delicioso. ¿Gato? Que yo sepa, no llegué a probarlo, ja,ja,ja.

—¿Alguna anécdota del profesor Jurado, quien era muy cabulero?
—Un bus todo destartalado, al que le llamábamos Morocho, era nuestra movilidad. Un día, el carro no llegaba para ir al estadio, se hacía tarde, y nos fuimos en taxi, pero el profe esperó la carcocha para ir al estadio.

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EL PRESENTE

—¿Cuál es su presente?
—Tras retirarme de Cienciano, luego de ganar la Copa Sudamericana, estudié para entrenador y se dio la oportunidad de trabajar en Alianza Lima, con los arqueros en menores. Ya son 18 años trabajando en el club. Integro también la Asociacion Peruana de Entrenadores de Arqueros (Aspear), que busca lo mejor para nuestro gremio.

—¿No hubo chance de trabajar en Cienciano?
—Sí, como preparador de arqueros, cuando volvió el profesor Jurado, pero no se dio, porque yo ya estaba establecido en Lima.

—Gracias, profesor.
—Yo soy el agradecido, no soy de dar entrevistas, soy perfil bajo. Solo decir que mi corazón es azul y rojo. Mi familia es de Alianza, le tengo cariño, igual que a Cienciano.

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