Roberto Mosquera rememoró su trayectoria en el fútbol: "Lloré por no jugar el mundial 82"

Está a tres semanas de cumplir 64 años. Roberto Orlando Mosquera, entrenador de Sporting Cristal, recordó que uno de sus grandes mentores fue Marcos Calderón.

El técnico nacional, en declaraciones al Programa Charlas de Cuarentena de Movistar Deportes, rememoró su trayectoria.

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¿Uno de los momentos más duros de su carrera fue el descenso con Municipal?

-Yo descendí con Municipal y no me consideré una oveja negra para la familia. Me refiero a que esa derrota no me amilanó, es parte de la vida, pues igual salí cuatro veces el mejor entrenador del Perú. Ese descenso no me limitó, eso limita al quien quiere, al que no tiene perspectivas, carácter. Fracasado es quien se queda en el fracaso.

¿Tomo todo con madurez?

-La madurez es la capacidad de toda persona que sus errores primero los acepta y tiene el coraje de mejorar. Tiene la inteligencia de identificarlos y convertirlos en experiencia. 

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¿Esos traspiés no le hizo perder los sueños?

-También tengo amigos que están en el barrio que siguen soñando con cosas que nunca hicieron porque tuvieron un montón de errores y nunca los corrigieron por inmaduros. Esos son los inmaduros que pasan por nuestra vida y que nos desalientan: “Oye no vayas a estudiar”, “fúmate este porro”, “tómate este trago”. Regreso al barrio y están los mismos que me desalentaron, la vida es así.

Sus inicios

¿Cómo fue su comienzo?

-Yo no fui a ninguna academia porque habían pocas. Para nosotros era algo natural, sanguíneo, que se hereda. Los movimientos que nosotros tenemos son pauteados por lo que hicieron nuestros padres.

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¿Eras muy habilidoso?

-Jugaba en el parque El Olivar y dribleaba a todos los árboles primero y pensaba que era el mejor. Pero cuando fui a Cristal vi a Julio César Uribe, me quería dedicar a la NBA y a otra cosa, porque él era un genio.

¿Cuándo fue tu debut oficial?

-Fue el 74. El equipo venía de cuatro partidos seguidos sin ganar. Marcos Calderón un jueves me dijo que debuto el domingo y me pregunta con qué número quería jugar. Le pedí la “10”.

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¿Te quedaba bien la “10”?

Es así que fui el “10” hasta que llegó Julio César Uribe, que me arrimó al costado (puntero derecho). Fue un partido discreto que ganamos 1-0, era el preliminar de un clásico con 42 mil espectadores.

La selección

Fuiste convocado para el Mundial 1982, pero el Deportivo Cali no te dejó.

-Cali no me cedió a la selección. Me quedé en el club. ¿Sabes algo? Debí hacer lo mismo que Hugo Sotil (se vino de España sin permiso del Barcelona). Yo fui respetuoso con los acuerdos.

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¿Te sentiste derrotado?

-Vi los partidos llorando, estaba para pelearle el puesto a Barbadillo que era un supercrack. También la mayoría que jugó ese mundial terminó en Europa.

¿Qué recuerdos del paso por Colombia?

Llegando tuve un problema. Llegaba como “7”, pero en el Deportivo Cali lo tenía el mejor jugador de Colombia Willington Ortiz. Las cosas fueron chéveres con él, había buena relación. Me decía “paisa”, pues yo había nacido en Colombia (su padre jugaba en dicho país).

¿Entonces fuiste al banco?

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No, faltando 10 días para el inicio del torneo, Ortiz sufre un fuerte tirón y se me da la oportunidad. Jugué a mil y fui considerado en tres de cuatro partidos el mejor extranjero.

Tenía que regresar Willington. ¿Qué sucedió?

Un día vino el entrenador, el argentino Miguel Ángel Basílico y me explicó que Willington ya estaba recuperado y que iba al banco. Le dije que me incomodaría, pero era respetuoso de sus decisiones.

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¿Qué pasó después?

El entrenador me dijo: “Si no te pongo, la hinchada me mata y si mando al banco a Willington también, podrías jugar de 10”. Acepté y la rompimos con el gran Willy y perdimos la final con Millonarios. Fue una etapa muy enriquecedora.