El 'Puma' Carranza habla de su niñez y de cuánto extraña a sus nietos

Víctor Arrunátegui Acosta

José Carranza Vivanco se ganó el apelativo de ‘Puma’ por la fuerza con que defendía la camiseta de la “U”, el equipo de su vida, aunque hay quienes, como Roberto Martínez, dicen que el apelativo es porque Carranza por esos años, en los 90, se peinaba como el cantante venezolano José Luis ‘Puma’ Rodríguez.

Hoy, a los 56 años, recuerda algunos pasajes de su carrera y no se hace problemas en reconocer que “si no jugaba en la ‘U’ hubiese terminado siendo delincuente o drogadicto”, así como también no oculta su pena porque en estos días no puede ver a sus nietos.

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A propósito, el ‘Puma’ se confiesa un abuelo chocho.

¿Qué nos puedes decir de tus inicios en el fútbol?

Soy de un barrio súper pelotero, del Esteban Salmón, en el Rímac, donde se encontraban los equipos del Necochea y el Hazaña, también el Ipinze y El Peruano. Tuve la ocasión de jugar en la liga de tercera, segunda y primera, en las canchas del Barraza, La República y Alejandro Villanueva, en Ciudad y Campo.

Y tuviste la suerte que muchos soñaban llegar a la “U” y vivir en Lolo Fernández.

Sí, a los 12 años me recogían y me llevaban al colegio Ricardo Bentín, en el Rímac. En el Lolo viví hasta los 18 años.

¿Cómo eras en la época escolar?

Te diré que estaba en el primero G, con 57 alumnos y en segundo, por ser fregados, nos mandaron a la Z.

¿Tu mamá estaría molesta?

Nada. A los más chancones les pedía su cuaderno y copiaba todo bonito y llegaba con eso a casa. Yo tenía buena letra.

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¿Buena letra?

Sí, y escribía bien, poemas, y fue así que enamore a mi esposa Carmen. Me gusta escribir y no sería raro publicar un libro.

NICOLINI Y EL CAMBIO

Dices que estuviste viviendo en el Lolo hasta los 18 años, ¿después qué pasó?

Me fui a Miraflores, donde me llevó el señor Jorge Nicolini, un presidente que sí se metía la mano al bolsillo.

¿Él fue el que te hizo un contrato especial?

Sí, pero nuestro contrato fue de palabra y la única cláusula era que nunca me iba a ir de la “U”. Y lo cumplí, deseché muchas ofertas del exterior. Y el número 22 que empecé a usar fue por el señor Nicolini.

¿Cómo así?

Él era muy afecto a las carreras de autos y su coche tenía el número 22.

¿No es difícil imaginar que le tienes un agradecimiento especial?

A él y a la “U”, porque si no hubiese terminado como drogadicto o ladrón.

¿Tus padres eran cremas?

No, mi padre era de Alianza, y mi madre sí era de la “U”, como la mayoría de mis hermanos.

DE NIÑO A ABUELO

El ‘Puma’ siempre le dio al trabajo, desde niño supo de la pobreza y no había otra que poner el hombro.

¿Cómo fue tu ñiñez?

Mi padre murió cuando yo tenía diez años y mamá se quedó sola. Como éramos muchos hermanos, tuvimos que ayudar trabajando de todo.

¿No había perjuicios?

A mí enseñaron que el dinero fácil no sirve, hay que ganarlo de buena manera, trabajando. Y que uno ser agradecido, regresar al barrio y dar la mano a quienes te ayudaron. Por eso a mis hijas les inculqué los valores de respeto y dignidad.

Y ahoras ya eres abuelo… Tus hijas dicen que eres abuelo consentidor.

Sí, con esos niños cómo no lo voy a ser. Son mi adoración, soy un abuelo chocho. Lamentablemente por esto del coronavirus no están conmigo, uno está en Arequipa y el otro en Cajamarca.

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¿Los extrañas mucho?

Muchísimo, ya quiero que pase todo para abrazarlos fuerte. Solo queda esperar en casa.