Hulk Hogan: “El coronavirus es un castigo de Dios, como las plagas de Egipto”
En plena Semana Santa, la leyenda de la lucha libre comparó el COVID-19 con el castigo de Dios sobre el pueblo egipcio como narra la Biblia.
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El coronavirus para muchos es culpa del hombre y para Hulk Hogan es un castigo de Dios, así indicó el legendario luchador que sufre por ver a su país, Estados Unidos, al borde de la calamidad absoluta.
"En tres cortos meses, tal como lo hizo con las plagas de Egipto, Dios nos ha quitado todo lo que adoramos", expresó Terri Bollea, su nombre real pero prefiere el de Hulk Hogan con el que quedó inmortalizado.
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El destacado luchador de la WWE citó un pasaje de la Biblia el cual demostraría el trasfondo de esa pandemia de coronavirus que muchos no tocan, y a raíz de la palabra de Hogan podría tener un enfoque teológico.
"Dios dijo: 'si quieres adorar a los atletas, cerraré los estadios'. 'Si quieres adorar a músicos, cerraré los centros cívicos'. 'Si quieres adorar a los actores, cerraré los teatros'. 'Si quieres adorar al dinero, cerraré la economía y colapsaré el mercado de valores'. 'No quieres ir a la iglesia y adorarme, lo haré donde no puedas ir a la iglesia'", señaló.
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Hogan, además, indica que la única solución de parar esta pandemia es buscar, orar, pedirle a Dios que pare su ira. Justamente, como coincidencia de la vida, en Semana Santa.
"Si mi pueblo que es llamado por mi nombre, se humilla, ora, busca mi rostro y se aparta de sus malos caminos, entonces escucharé desde el cielo y perdonaré su pecado y sanaré su tierra".
Hogan confía en Dios para salvar al mundo de coronavirus
Finalmente, Hulk Hogan acabó con la ilusión de las personas que están esperanzadas en que se descubra una vacuna para el coronavirus porque, remarcó, la solución no será del hombre sino de Dios.
"Tal vez no necesitamos una vacuna, tal vez necesitamos este tiempo de aislamiento sin las distracciones del mundo y tener un avivamiento personal donde nos centremos en la ÚNICA cosa del mundo que realmente importa. Jesús", sentenció.