Wimbledon 2016: Andy Murray conquista su segundo título en Londres

LONDRES. El tenista escocés Andy Murray venció 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (2) al canadiense Milos Raonic y se coronó campeón del Torneo de Wimbledon 2016. Con una gran exhibición, Murray despachó a su rival en dos horas y 47 minutos y logró su segunda corona en Londres (tras 2013) y su tercer Grand Slam de su carrera.

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El escocés disputaba su primera final de Grand Slam en la que no tenía por delante a Novak Djokovic o Roger Federer sino a Milos Raonic que dio la sorprensa en el torneo. Así, Murray jugaba su tercera final de Grand Slam en esta temporada, habiendo perdido en Australia y Roland Garros ante Djokovic. "Ha sido un triunfo muy emotivo por las duras derrotas que he sufrido antes", admitía el campeón.

Desde el primer punto se notaba que Murray quería el título. Y eso que Milos se permitió el lujo, incluso de conectar el segundo saque más rápido de la historia de Wimbledon (147 mph, unos 236,5 km/h). A ello se unió el festival de 'passings' del escocés cuando el altísimo Milos se acercaba a la red. Hasta en 74 ocasiones ha subido Raonic. Pero la precisión y la visión del juego que tiene Murray le dejaba muchas veces sin respuestas. Defensivamente es uno de los mejores; contratacando ha sido letal en esta final.

Con la precisión de un cirujano, Murray sabía cuál era el momento de apretar, cuándo era el momento de exigirse un poco más: para empezar, un único break en todo el partido para él, en el séptimo juego del primer set. Y después ha sido capaz de aguantar de cabeza cuando las oportunidades se escapaban en el segundo parcial para, en el 'tie break', dar algo más.

Dos sets a cero. En la final. Y en un Grand Slam. Una montaña demasiado alta para escalar para Raonic y para cualquiera en Wimbledon. Porque, desde 1927, nadie ha podido remontar esa desventaja. No iba a ser Milos quien rompiera esa peculiar 'tradición'. Ni tampoco el hombre que infligiera la segunda derrota a Murray de su carrera cuando iba dos sets a cero.

Lo siguió intentando el canadiense, pero el título ya tenía dueño. Murray no iba a dejarlo escapar cuando casi lo estaba rozando. Aunque ha tenido que mantener la calma y esperar, de nuevo, a una 'muerte súbita'. De nuevo, plácida para él.