Cienciano y la crisis del fútbol peruano que no debe repertirse

Por: Omar Farfán Bravo de Rueda

Fue el 2003 cuando el fútbol peruano por fin tocaba el cielo. Y fue un equipo del interior, en este caso Cienciano, que acababa con la equivocada idea que solo los equipos de Lima eran capaces de intentar la proeza.

Gracias al rojo cusqueño se ingresaba al selecto grupo de clubes de América que conquistaban un título internacional, en este caso la Copa Sudamericana.

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La fiesta duró meses. El Perú se vistió de rojo. Los héroes cusqueños de aquel entonces nos hicieron creer en el sí se puede. El club dio un salto total hacia el éxito que la gestión dirigencial de aquel entonces debió aprovecharlo en demasía. Al siguiente año aumentaban sus pergaminos con la obtención de la Recopa Sudamericana venciendo al multicampeón Boca Juniors en Miami. Cienciano ya era un grande.

Cienciano ganando la 'Recopa'

Con las copas llegaron millones. Dinero fresco de la Conmebol por premios. Mayores sponsors con importantes incrementos económicos. Nuevas cifras para negociar la transmisión de los partidos el “papá” en el torneo local, sin embargo el club en gestión seguía siendo el mismo, sin una sede oficial, sin un lugar de entrenamiento, sin estadio propio. Todo era de la puerta para afuera.

No se aprovechó el estatus que alcanzó el club. El único que lo hizo fue su presidente de aquel entonces, Juvenal Silva. También ganó, pero en las urnas. Gracias al rojo llegó al Congreso, pero descuidó al club. No se invirtió. Pasaron las temporadas y no se repitieron hazañas. Era protagonista en el torneo local, pero poco a poco, a través de los años, volvió a ser el club de mitad de tabla para abajo.

Han pasado casi 12 años de la histórica Copa Sudamericana y hoy Cienciano atraviesa la mayor crisis que puede agobiar a un club: sin dinero y a un paso del descenso. Los culpables son los dirigentes que estuvieron desde las épocas del éxito hasta las últimas temporadas donde peleaban por salir del fondo de la tabla. El domingo es el día D para el rojo. Su panorama es sombrío. De los tres candidatos a la baja, es el que menores opciones tiene salvarse.