Universitario: Germán Muñoz, el único que hizo correr a la Trinchera Norte

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Germán Muñoz.
Germán Muñoz.

Han pasado 17 años pero lo recuerda como si fuera ayer. Germán Muñoz revivió junto a el Popular aquel enfrentamiento que tuvo con la Trinchera Norte y que terminó con dos balazos al aire, un puñado de hinchas asustados y un grupo de jugadores jamás olvidarán lo sucedido. En el fútbol son pocos los jugadores con agallas para enfrentar a la barra más radical de su club.

—¿Cómo fue el impasse con la Trinchera?—Ocurrió luego de caer 1-0 ante Ciclista Lima en el “Lolo” Fernández en 1996. La Trinchera ingresó a los vestuarios y agredió al “Tanque” Ramírez, a Paolo Maldonado y a otros más. Yo estaba parado y vinieron unos chicos a agredirme sin razón, yo ni había jugado. Entonces  saqué mi revólver y disparé dos veces al aire.

—Y salieron corriendo…—No solamente ellos sino que mis compañeros también. Cuando me di cuenta estaba solo en los vestuarios. Yo no tenía ningún problema con la Trinchera, es más, yo paraba con “Misterio” (por entonces jefe de la barra), pero ese día llegaron chicos que no conocía con cuchillos y picos de botellas a agredirme y yo no soy tonto.

—Pasan los años y eres el único jugador que hizo correr a la Trinchera...—Bueno, es algo curioso, pero mi intensión fue que se vayan. Cuando llegó la policía me querían meter a mí en “cana”, pero enseñé todos mis permisos. Yo reaccioné porque me sentí amenazado, creo que cualquier persona haría lo mismo.RECUERDO AQUELLA VEZ...—¿Qué recuerdos de tu paso por la ‘U’?—Muy buenos. Pasé lindos momentos con el “Puma” Carranza, “Balán” Gonzales, “Puchungo” Yáñez, Martín Rodríguez y Roberto Martínez. Fue en los años 95 y 96.

—La “U” en ese entonces tenía un equipazo…—Sí, también estaban, Nunes, Ronald Baroni, Juan Carlos Zubczuk y Octavio Vidales. En esos años era difícil jugar o estar entre los 18 por la calidad de jugadores que había.

—¿Es verdad que viviste en el “Lolo” Fernández?—Sí. Paraba con el “Puma” Carranza, con el “León” Rodríguez. La tía Margarita nos daba desayuno y almuerzo,  ahora le agradezco mucho.

—Con ese trío no pasaban ni las moscas…—Así es. Markarián nos paraba a los tres en la primera línea de volantes, pero yo jugaba más suelto porque era más técnico que los dos.

—¿A cuántos has “rascado”?—A varios (risas). Recuerdo que con Juan Saavedra era complicado marcarlo porque manejaba los dos perfiles. También a Waldir Sáenz, era muy habilidoso.

—¿ Eras picón dentro de la cancha?−Sí, pero legal. Siempre fui fuerte a la marca pero sin mala intensión. Una vez marqué suave y salí lastimado.

—¿Recuerdas alguna travesura del “Puma”  Carranza?—Junto a Martín (Rodríguez) agarraron a “Pichicho” Benavides (en ese entonces asistente técnico) y lo tiraron a la piscina cochina que había en el “Lolo”. “Pichicho” salió todo mojado y verde.

—¿Quién te puso el apodo de “Pulgoso”? ¿El “Puma”?—No, fue Dolmo Flores. En un tiempo me dio asma y paraba tosiendo y Dolmo se me acercó y me dijo esa chapa. El “Puma” escuchó y le contó a todos. Eso no me incomoda, pero sí que le digan a mis hijos.DE SELECCIÓN—Jugaste en la selección que quedó cuarta en la Copa América 97...—Sí, fue una gran experiencia. Mis hijos ven hasta ahora los videos de esos partidos.

—¿Cuál fue la clave?—Ternero era buen técnico pero mejor psicólogo. Él nos convencía de que podíamos llegar lejos.

—¿Es cierto de los pasajes de regreso?—Sí. La Federación nos sacó pasajes de regreso un día después de la primera fase, pero los cambiaron porque pasamos esa instancia. En cuartos nos tocó Argentina y los pasajes lo sacaron para el día siguiente.

—Pero volvieron a cambiarlos…−Sí, porque le ganamos a Argentina. Ya con Brasil perdimos 7-0 pero nos quedamos hasta el final porque disputamos el tercer puesto contra México.

—¿Cómo te sientes en esta etapa de asistente de campo?—Bien. Al principio no quería dirigir pero mi amigo Álex Becerra me animó y estuve como asistente de Mario Flores en Pacífico. Yo terminé los estudios de técnico porque tenía tiempo, pero no me gustaba. En un momento el fútbol me comenzó a aburrir.

—¿Te aburriste de jugar o de lo que rodeaba al fútbol?—Yo me retiré a los 32 años porque estaba cansado del maltrato de los dirigentes, de la demora en los pagos y de entrenar. Un día camino a Huaral (jugaba por Unión Huaral el 2006), decidí no ir más a entrenar.

—¿Te arrepientes de esa decisión?—No, para nada, es mejor dejar el fútbol y que el fútbol no te deje. Me siento bien a pesar que mi familia quería que siguiera jugando.

—¿Te gustaría dirigir a la “U”?—Claro. Estoy adquiriendo experiencia y espero tener ese reto en mi carrera.        p

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