La otra cara de la lluvia: el experimento que comprobó que puede tener elementos contaminantes

La lluvia se convirtió en un peligro ambiental con la ‘lluvia ácida’. Investigaciones revelaron su impacto negativo en ecosistemas, como bosques y lagos.

Únete al canal de Whatsapp de El Popular
El experimento que comprobó que la lluvia también podía contaminar.
El experimento que comprobó que la lluvia también podía contaminar.Fuente: GLR - Crédito: Composición El Popular

Durante años, la lluvia ha sido considerada como un símbolo de vida y fertilidad para el ecosistema. Sin embargo, en el siglo XX ocurrió un suceso que dejó a la comunidad científica perpleja: la lluvia estaba contaminando los bosques, lagos y suelos. Los investigadores optaron por no quedarse de brazos cruzados y decidieron realizar una investigación que revele el porqué de este misterio climatológico, denominado ‘lluvia ácida’.

Cuándo la lluvia dejo de ser un regalo para el mundo

Durante los años 60, diversos científicos en Estados Unidos y Canadá descubrieron que cientos de árboles comenzaban a enfermarse sin razón aparente; los peces desaparecían, pues los lagos se volvían estériles e inhabitables. Sin embargo, lo extraño del caso era que no había señales de sequías ni incendios. Fue ahí donde el ecólogo e investigador Gene Likens comenzó a analizar el agua de la lluvia y encontró que era mucho más ácida de lo normal, parecida al vinagre. Algo que parecía natural, en realidad presentaba daños graves al ecosistema.

Sin embargo, la respuesta ante este fenómeno no se hallaba en los bosques, sino en las fábricas y autos de las ciudades aledañas. Donde las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno subían a la atmósfera, se mezclaban con el vapor de agua, formaban ácidos y estos se transformaban en lluvia. Esa mezcla caía sobre la tierra y afectaba a todo lo que tocaba: árboles, suelos, lagos y animales.

El experimento que lo cambió todo

Tras conocer la causa de la lluvia ácida, muchos gobiernos, industrias e incluso ciertos científicos se negaban a aceptar la verdad. Pues solo se abstenían de decir que los efectos eran exagerados o que era muy costoso hacer nuevos cambios en las industrias, sobre todo en la automotriz. Fue ahí entonces cuando el científico canadiense David Schindler decidió hacer un experimento en un lago real, ubicado en un Área de lagos experimentales (ELA), donde aplicó lluvia ácida de forma controlada para ver qué pasaba. En pocos meses, los peces murieron, el agua se volvió turbia y el ecosistema colapsó.

 Área de Lagos Experimentales (ELA).

Área de Lagos Experimentales (ELA).

Ese experimento fue clave para la investigación final, ya que mostró que la lluvia ácida era real, peligrosa y que podía dañar lugares muy lejanos a las fuentes de contaminación. Gracias a estos hallazgos, los ciudadanos comenzaron a exigir soluciones ambientales. Fue hasta el año 1990 que Estados Unidos cambió su ley del aire y obligó a las industrias a reducir sus emisiones, ley que se mantiene hasta el día de hoy. De esa manera, poco a poco, la naturaleza comenzó a recuperarse y las lluvias ácidas fueron reguladas.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista especializada en ciencia, tecnología y salud. Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en El Popular, interesada en temas relacionados con estudios científicos, eventos astronómicos, hallazgos y más.

Ofertas

Lo más reciente