El impacto oculto de la infancia: cómo las experiencias en la niñez moldean el sistema nervioso, según Harvard
El desarrollo del sistema nervioso en la infancia determina cómo las personas perciben y responden a su entorno. Antes de los siete años, se fijan patrones emocionales cruciales para la vida.
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Cómo las experiencias en la infancia moldean el sistema nervioso, según Harvard
El desarrollo del sistema nervioso en la infancia es un proceso que marca profundamente la manera en que los seres humanos perciben, sienten y responden a su entorno. Según el Harvard Center on the Developing Child, antes de cumplir siete años el cuerpo ya ha fijado la mayoría de sus respuestas automáticas al mundo, lo que influirá en la seguridad emocional, la forma de afrontar el estrés y la calidad de las relaciones interpersonales a lo largo de la vida.
¿Cómo influye el entorno en la seguridad emocional infantil?
De acuerdo con el Harvard Center on the Developing Child, durante los primeros años de vida el organismo aprende qué esperar del entorno, cómo protegerse y qué tan seguras son las conexiones emocionales con los demás. No son elecciones conscientes, sino experiencias emocionales repetidas que quedan grabadas en el cuerpo como patrones automáticos.
La repetición de experiencias es la clave. Incluso sin traumas evidentes, un ambiente con tensión constante o falta de reconocimiento emocional puede generar inseguridad en el niño.
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¿Qué es el estrés tóxico y cómo afecta al cerebro?
Uno de los conceptos centrales señalados por Harvard es el estrés tóxico, que aparece cuando un niño enfrenta niveles de estrés crónico sin contar con apoyo emocional suficiente. En estas condiciones, el cuerpo se adapta para sobrevivir, anticipando el peligro y permaneciendo en alerta constante.
El estudio recalca: “No estás ‘roto’. Estás programado para sobrevivir”, recordando que estas respuestas son mecanismos de adaptación y no defectos personales.
¿Cuáles son las respuestas del sistema nervioso ante la inseguridad?
El cuerpo desarrolla distintas estrategias de afrontamiento como la hipervigilancia, la huida constante, el congelamiento emocional, la complacencia excesiva o la desconexión de los sentimientos. Todas ellas son intentos del sistema nervioso por garantizar la supervivencia frente a un entorno hostil.
El papel de los cuidadores es esencial: la presencia de adultos tranquilos y receptivos ayuda al niño a regular sus emociones y a sentirse seguro.
¿El estrés infantil puede transmitirse a otras generaciones?
El Harvard Center on the Developing Child advierte que el impacto del estrés crónico infantil va más allá de las emociones. Puede alterar los niveles de cortisol, debilitar el sistema inmunológico e incluso modificar la expresión genética, lo que facilita que los patrones de respuesta se transmitan a las siguientes generaciones.
¿Se puede reconfigurar el sistema nervioso en la adultez?
A pesar de las huellas de la infancia, el sistema nervioso conserva su capacidad de adaptación. Con apoyo adecuado, vínculos estables y experiencias de seguridad, es posible reaprender a regular las emociones, disminuir la hipervigilancia y recuperar el equilibrio interno.
El mensaje central del estudio es claro: la infancia moldea la base de nuestras respuestas automáticas, pero siempre existe la posibilidad de reparar y transformar el sistema nervioso, incluso en la vida adulta.
SOBRE EL AUTOR:
Periodista especializada en actualidad y tendencias. Bachiller en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en Popular. Interesada en temas relacionados con actualidad nacional e internacional, virales en tendencia y más.
