Solmayra Vargas y la prevención del cáncer de piel: educación que deja huella

En temas de salud, hay iniciativas que no solo informan, sino que cambian la forma en que las personas se cuidan. El trabajo de Solmayra Vargas es uno de esos casos. Desde hace varios años, esta periodista especializada ha dedicado su labor a crear puentes entre el conocimiento médico y el día a día de la gente, especialmente en el ámbito de la salud cutánea. Con un enfoque realista, cercano y respaldado por evidencia, ha logrado posicionarse como una de las voces más activas en la prevención del cáncer de piel en Latinoamérica.

Su estilo es claro: educar sin complicar. A través de campañas, talleres, artículos y colaboraciones institucionales, Solmayra ha convertido información especializada en contenido accesible. No se trata solo de hablar del bloqueador solar, sino de explicar qué pasa con la piel cuando se descuida, qué significa un lunar que cambia, o por qué evitar el sol al mediodía puede ser tan importante como una revisión médica.

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Gran parte de su trabajo se ha centrado en proyectos con resultados concretos. La campaña "Protégete del Sol, Protege tu Vida", realizada junto a la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, es un buen ejemplo. En las zonas donde se implementó, aumentaron significativamente las consultas espontáneas en jornadas de salud. También creció la demanda de productos de protección solar recomendados por profesionales, y se formaron decenas de promotores comunitarios. Todo esto sin grandes presupuestos ni estrategias invasivas. Solo con información clara, bien distribuida y adaptada a cada entorno.

Lo interesante de su enfoque es que no gira en torno al miedo. Solmayra insiste en evitar el alarmismo. Su propuesta se basa en pequeños cambios sostenibles: mirar la piel con atención, preguntar cuando algo no parece normal, usar el protector como parte de la rutina, cubrirse si se trabaja al aire libre. Son acciones simples, pero que al repetirse generan un cambio real.

Más allá de las campañas, Solmayra también se ha dedicado a formar comunicadores, docentes y agentes de salud. Cree firmemente en el efecto multiplicador. Si una maestra enseña a sus alumnos a revisar sus lunares, si un promotor en una comunidad rural puede explicar los signos de alerta, se está generando una red de prevención que va más allá del consultorio.

Esa red se ha extendido también a medios digitales. Sus publicaciones en redes sociales y plataformas de noticias han alcanzado a miles de personas. Videos breves, infografías y notas periodísticas ayudan a reforzar un mensaje que se adapta a distintos contextos y niveles educativos. La idea es que cualquiera pueda entender por qué el cuidado de la piel es parte de la salud general, sin necesidad de un lenguaje técnico.

Su formación la respalda. Es egresada de la Universidad Fermín Toro en Comunicación Social, y cuenta con capacitaciones en Dermatología Preventiva, Oncología Cutánea y Proyectos Sociales en Salud, avaladas por universidades como la Central de Venezuela y la Católica Andrés Bello. Estas credenciales le han permitido moverse con solvencia entre el mundo clínico y el comunicacional, sin perder de vista el objetivo: que la información sirva, no que solo impresione.

Médicos, especialistas y organizaciones del área reconocen el aporte de su trabajo. No porque sustituya a los profesionales de la salud, sino porque los complementa. Al generar contenido confiable y de fácil acceso, reduce la distancia entre el diagnóstico oportuno y la comunidad. Y eso, según muchos expertos, es clave para frenar el avance de enfermedades como el cáncer de piel.

Hoy, cuando el uso incorrecto del sol sigue causando problemas evitables, y cuando muchas personas aún desconocen los signos tempranos de un carcinoma, el rol de comunicadores como Solmayra es esencial. Ella demuestra que hablar de salud no es solo tarea de quienes visten bata blanca. También lo es de quienes saben escuchar, traducir y compartir con claridad lo que otros necesitan saber. En cada charla, publicación o acción comunitaria, el mensaje de Solmayra Vargas es el mismo: prevenir es posible, siempre que haya información adecuada al alcance. Con un enfoque realista y constante, su trabajo suma desde lo cotidiano y abre paso a una cultura del autocuidado que, poco a poco, está cambiando la forma de relacionarse con la salud dermatológica en la región.